deux

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Su estómago se sentía pesado mientras jugueteaba con la lechuga de su plato y estaba profundamente sumido en sus propios pensamientos.


El rubio podía escuchar vagamente las voces de su madre, su padre, Lumine y algún otro monosílabo de Xiao. Quería participar también para no hacer evidente lo incómodo que se encontraba, pero cada vez que quería hablar era interrumpido por alguien, así que se resignó y siguió mirando su plato en absoluto silencio.

De todos modos, ¿qué voy a decir? ¿Felicidades Xiao por -seguramente- cogerte a mi hermana?  El simple hecho de pensarlo era desagradable, rápidamente negó con su cabeza intentando disipar ese extraño pensamiento que lo invadió.

No era sobreprotector con su hermana ni nada por el estilo, al contrario, no le gustaban esos compartimientos arcaicos que se les inculcan a los hermanos con respecto a sus hermanas. A él le daba igual lo que hacía su hermana mientras no estuviera en peligro o fuera ilegal, ella podía decidir por sí misma lo que quería hacer por su vida y él ni nadie podía controlarla.

Pero el solo hecho de pensar en su hermana y en Xiao teniendo una relación le revolvía el estómago. No conocía al muchacho lo suficiente para sentirse seguro y dejarle entrar en su familia, quizás era el resentimiento que sentía al haber sido ignorado que estaba predominando en su cabeza provocando así esta sensación de rechazo.

—...ra...

—...Sora... hablan...

—¡Sora!

Sobresaltado miró a su alrededor dejando caer los cubiertos sobre la mesa, encontrándose con la preocupada mirada de su madre. —Lo siento, ¿qué decías?

—Cariño, ¿te sientes bien? Ni siquiera has tocado tu plato —la mujer llevó su mano al hombro de su hijo acariciándolo levemente.

—Sí, estoy bien. Comí algo antes así que no tengo hambre, solo accedí a cenar para poder acompañarles. —sonrió amablemente a su tierna madre, tratando de apaciguar su preocupación.

Su padre, quien había estado atento a la conversación de madre e hijo al igual que los dos restantes, decidió seguir con su interrogatorio.

—¿Vives por aquí cerca, Xiao?

El recién nombrado se aclaró la garganta antes de tomar un rápido sorbo de su vaso de agua. —Sí.

—¿Hace cuánto conoces a Hotaru? ¿Son compañeros? —intervino la madre de la rubia.

Rápidamente Lumine respondió por él —Nos conocemos desde hace un par de meses, no somos compañeros de salón —miró a su hermano quien le devolvió la mirada curioso. —De hecho, es compañero de salón de Sora.

—¿Sora, es así? —preguntó el padre del recién nombrado.

—Sí, somos compañeros.

—Entonces tú los presentaste, ¿no? —el padre sonrió levemente. —¿Xiao es amigo tuyo?

Aether soltó una risa seca. —No, yo ni siquiera sabía que se conocían por dos motivos —agarró el cuchillo y el tenedor para poder cortar el filete que su madre tanto esfuerzo había hecho por preparar. —Primero que nada, Lumine y yo apenas nos hablamos. —comió un pequeño trozo y tragó rápido. —En segundo lugar, Xiao es mi compañero de banco pero no le agrado lo suficiente para dirigirme la palabra.

Levantó la vista y todos le miraban atónitos, provocando que soltara una risa.

—¡Oh, pero tranquilos! —hizo un ademán con la mano restándole importancia. —Hoy finalmente se dignó a decirme aunque sea dos palabras.

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