onze

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Odiaba sentir ese malestar en la garganta, sentía como si sus cuerdas vocales se cerraran y no pudiera pronunciar ninguna palabra. Aether sentía la insana necesidad de llevarse sus manos a su cuello para masajearlo y así aliviar la incomodidad.

Era un martes por la mañana, estaba caminando por toda la escuela evitando la dirección al salón de clases. No quería entrar y sentarse en aquel pupitre, su cabeza dolía de solo pensarlo.

Tenía suerte que Kazuha había puesto a lavar su uniforme para luego ponerlo en la secadora cuando se estaba duchando. No había regresado a su casa ayer y su mamá por la mañana le escribió un mensaje donde podía leerse claramente la furia que sentía. No tenía ánimos de irse a su casa y pelear, así que rezaba porque las clases de hoy fueran -o se sintieran al menos- eternas.

—¡Aether! —escuchó que alguien a sus espaldas estaba llamándolo, se giró para encontrarse con su amigo Xingqiu quien corría para alcanzarlo.

—Hola, ¿llegaste hace poco?

Comenzaron hablar acerca de diversas cosas mientras caminaban al salón de clase para desgracia del rubio, en cierta parte Aether agradecía la compañía de su amigo en estos momentos. Hablar de cosas que no fueran su estado de ánimo le ayudaba a no sobrepensar y no mantener la tristeza permanente, sabía que en algún momento el peliazul le preguntaría ya que conocía a Kazuha lo suficiente para afirmar que todo su pequeño círculo de amigos sabía de su crisis de ayer y estaban al tanto de él. No le molestaba que hablaran, de hecho era de bastante ayuda para evitar ciertos tópicos que podían generarle malos sentimientos.

—¿Quieres venir a mi casa hoy? Estaremos todos creo, incluso Venti —preguntó Xingqiu una vez llegaron fuera del salón de Aether.

—Uhm, tengo que hablar con mi mamá primero. Creo que de todos modos puedo ir luego de eso —se llevó las manos al cuello aliviando aquel malestar que todavía permanecía en su garganta.

—Está bien, no te preocupes. Si quieres y es más cómodo para ti organizamos algo para este viernes, considero que es incluso mejor porque al día siguiente no tenemos clases —Xingqiu se acercó más al rubio mientras ponía una mano en su hombro —Estaremos los mismos de siempre, Chongyun, Kazuha, Venti, Tighnari, Albedo y si no estoy mal también Xiangling.

—Está bien, me parece bien. —le sonrió levemente. —Nos vemos luego, ¿si?

Xingqiu asintió y lo dejó ir. El peliazul era una de las personas que Aether más confiaba y le contaba todo, él era el mejor dando consejos. Xingqiu siempre se destacó por sobre todo el grupo de amigos por su notable altruismo. No le gustaba ver a su amigo mal, odiaba no poder hacer más para ayudarlo. Sin embargo, hay cosas que por más queramos cambiar está más allá de nuestro alcance. Lo mejor que podía hacer él como amigo era acompañarlo en todo el sentido de la palabra, siempre le ha brindado su hombro para consolarlo, su propio espacio y las puertas de su hogar para pasar el rato y para distraerse.

Una vez separados Aether caminó hasta su pupitre, todavía no llegaba mucha gente. Sentía cierto pesar en sus hombros así que se recostó una vez se tiró en la silla. Agradecía que Kazuha le prestó una chamarra con gorro, así que se lo puso, rápidamente el sueño lo atrapó y cerró los ojos.

. . .

Una mano estaba posada en su hombro y lo movía suavemente, Aether se incorporó y levantó su cabeza encontrándose con los ojos dorados de Xiao. El recién llegado se veía pálido, traía unas leves ojeras y sus labios estaban casi sin color. Un rápido sentimiento de preocupación creció en su pecho sin que pudiera evitarlo, pero rápidamente lo hizo a un lado ignorándolo y reprimiéndolo.

—Hola —lo saludó. No sabía cuanto tiempo había pasado, pero se sintió como si hubiera dormido mucho.

Xiao no dijo nada, solo lo miró. El rubio frunció las cejas.

¿Qué, de nuevo no vas a hablarme? pensó. Se encogió de hombros y le restó importancia, realmente no tenía ganas ni de reclamar esa falta de respuesta. Contradictoriamente a lo que quería aparentar, sentía cierta angustia. Detestaba que las cosas le afectaran de una forma tan estúpida, pues al final Xiao no tenía la culpa de nada, nunca fue un motivo para su amargura.

La clase pasó sin mayor interrupción, ayudó bastante a distraer su mente de ciertos pensamientos que le carcomían. Prestó atención al profesor e hizo todos los ejercicios que estaban en la pizarra para su sorpresa, le tomó buen ritmo a la clase así que se sentía un poco más animado que al comienzo. Al finalizar la clase salió del salón en dirección a la cafetería para encontrarse con sus amigos, su estomago rugía por comida ya que aún tras el fuerte reproche por parte de Kazuha salió sin comer. No le gustaba comer por la mañana, le hacía sentir fatigado.

Tras llegar a una de las mesas donde todos se encontraban allí se dejó caer en una silla justo al lado de Tighnari y Albedo quien al instante notaron su presencia. —¡Aether! —lo saludó el rubio con una amable sonrisa, mientras el otro joven de cabellos verde oscuro lo saludaba también.

Conversaron un buen rato acerca de las clases, sus amigos y el reciente interés amoroso de Albedo entre risas hasta que llegaron los demás. Detrás de Chongyun y Xiangling, el rubio pudo ver a Kazuha quien venía acompañado de Kunikuzushi hasta que se separaron en la puerta para cada quien ir a sus respectivas mesas con sus amigos.

Aether soltó una corta risa, divertido. —Así que.... ¿Qué pasó ese día en la fiesta? —le preguntó al muchacho apenas se sentó a su lado. —Recordé que nunca te lo pregunté.

Kazuha se rió con una fuerte carcajada sabiendo lo que se venía a continuación. Tras esas palabras pronunciadas por Aether, todos los que estaban sentados en la mesa se giraron y lo miraron expectantes. Al fin y al cabo, algo por lo que todos se destacaban en esa mesa era por lo chismosos que eran. Soltó un suspiro y comenzó a relatar.

first love » xiaotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora