Abrió la puerta con cuidado y se sacó los zapatos de la escuela para tomar sus pantuflas, posterior a eso, suspiró suavemente. Estaba preparándose mentalmente para todo lo que venía ahora. Podía sentir ya los gritos y el nudo en su garganta.
—¡Ya llegué! —gritó tras carraspear. Caminó hasta la sala de estar donde se encontraba sentada su mamá, su hermana y su papá no se veían por ninguna parte.
Aether agradeció internamente por eso.
—Sora —le llamó su mamá, tenía la televisión encendida y lo que parecía ser una manta calipso de lana estaba en su regazo mientras ella tejía.
—Hola —murmuró, se sentó en el otro borde del sillón donde ella se encontraba sentada. No sabía si aliviarse o sentirse ansioso, su mamá era menos intensa que su padre, no lo regañaba tan agresivamente. Sin embargo, sentía que era indiferente a él.
—¿Cómo te fue en la escuela? —preguntó casual. Aether la miró sorprendido para desviar la mirada tras encontrarse con los dorados ojos de su madre mirándolo fijo. Había dejado la manta a un lado, olvidándose de ella.
—Bien, creo. Llegué temprano, no hice mucho hoy y tampoco tenía ninguna evaluación. —respondió al instante. Parecía un interrogatorio y Aether no planeaba mentir.
—Me alegra eso —sus hombros se movieron y soltó una suave risa. —¿Por qué estás tan tenso? No estoy enfadada contigo, tampoco planeo regañarte. Relájate, hijo.
Un torbellino de emociones golpeó a Aether, de repente, un sinfín de pensamientos cruzaron su mente. Si no estaba enfadada, entonces, ¿qué sentía al respecto? ¿le era indiferente dónde estaba? ¿acaso no experimentaba ningún rastro de amor hacia su propio hijo? ¿la vida de él no le importaba en absoluto? ¿qué palabras debería pronunciar ahora? ¿cómo debía responderle?
—Oh, —la miró, ella le estaba sonriendo suavemente. Era una sonrisa tierna, como las que solían iluminar el rostro de las madres que veía en el parque, otorgadas con amor a sus pequeños hijos tras alguna travesura inocente. A pesar de su familiaridad, para Aether, carecía de la calidez que esas sonrisas solían inspirar. En lugar de sentir el consuelo de la conexión maternal, experimentaba una versión efímera y superficial, más parecida a la gratitud de un cajero tras comprar en una tienda de conveniencia. Era una sonrisa que se desvanecía rápidamente, dejando tras de sí un vacío que resonaba con la ausencia de un vínculo genuino. Un gesto que, en lugar de reconfortarlo, sumía a Aether en una tristeza profunda al darse cuenta de la carencia de autenticidad en esa expresión que esperaba fuese reconfortante. —está bien, supongo. Gracias.
Todo se quedó en silencio, solo se podía escuchar los palillos de su madre que había retomado lo que estaba tejiendo. El silencio le molestaba tanto, inconcientemente se llevó la mano al cuello y lo masajeó. Soltó un suspiró y se dirigió a su madre. Supongo que lo de no mentirle se quedó en segundo plano.
—Ayer fui a casa de Kazuha, estaba con Xiao jugando en el arcade. Nos separamos luego de eso y fui donde Kazuha porque olvidé que le había prometido ayudarle a estudiar, ya lo conoces, es algo irresponsable a la hora de hacerlo solo. Lo había olvidado complementamente entonces por eso fui a visitarlo, me quedé dormido y cuando desperté ya era de madrugada. —habló pausadamente, casi inexpresivo. Era una mentira despiadada, si lo conocieran lo suficiente sabrían que Kazuha estudiaba solo y que era muy inteligente a pesar de que los demás lo vieran como un vago. Se sentía mal al utilizar a su amigo así y dar esa percepción de él, pero realmente no quería dar explicaciones.
—Está bien, cuando llegó Xiao mencionó algo al respecto. —mencionó, Aether la miró confundido por lo que prosiguió. —No dijo tus motivos, pero nos avisó que habías estado con él y que asumía que estarías donde alguno de tus amigos pese a que no se lo mencionaste. Estuvo aquí esperando por ti hasta que Kazuha le avisó a tu hermana qué estabas con él, solo ahí se fue a su casa. Parecía preocupado.
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first love » xiaother
Fanfiction[este fanfic actualmente está pausado indefinidamente, lo siento] la adolescencia y el romance nunca han sido una buena combinación, sin embargo así como el invierno trae consigo la fría neblina después vendrá la primavera con sus más bellos colores...