Uraraka: Oigan... ¿no quieren verlo? – preguntó con sus ojos entrecerrados y una leve sonrisa – Yo digo que ya es hora.
Tsuyu: ¿De qué hablas? Kero...
Uraraka: Por favor, ya sabes de qué estoy hablando... – dijo para voltear a otro lado, evitando que los chicos miraran su rostro, y volvió su mirada, está vez con una sonrisa casi maniática – El rostro de Izuku Midoriya – dijo con una lampara iluminando su rostro desde su barbilla asustando a Tsuyu quien estaba al lado de ella quien, por puro reflejo, le dio un golpe con su lengua por el susto –.
Todoroki: Prefiero no perder el tiempo. No cuenten conmigo. Me retiraré para descansar – dijo alzando su bandeja parándose y listo para retirarse –.
Iida: Si, tienes razón – dijo robóticamente con sus gafas reflejando la luz – ¿A quién engaño? Suena divertido – pensó con su ceja temblando –.
Uraraka miró al bicolor con una cara de póker como por unos segundos hasta que...
¿Y si sus labios son... muy carnosos? – preguntó la mochi haciendo que Todoroki se detuviera en seco, un pie a punto de pisar el suelo –.
Muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos, muy carnosos – fueron las palabras que resonaron en la cabeza de Todoroki como si de un eco en un cañón se tratara, imaginándose como Izuku se daba media vuelta bajando su máscara y mostrando unos labios anormalmente carnosos lo que hizo que el bicolor empezara a tambalearse como si de gelatina se tratara –.
Uraraka: Jejeje... solo un empujoncito más – pensó con una sonrisa traviesa – Quizás tenga dientes de conejo – dijo haciendo que Todoroki se pusiera rígido como vara –.
Quizás tenga dientes de conejo. Quizás tenga dientes de conejo. De conejo, de conejo, de conejo, de conejo, de conejo, de conejo – fueron las palabras que resonaron en la cabeza de Todoroki como si de un eco en un cañón se tratara, imaginándose como Izuku se daba media vuelta con un libro naranja que le había visto leer algunas veces y, al bajarlo, dejó ver unos dientes como si fueran de conejo o castor proporcionalmente a su tamaño lo que hizo que el bicolor tuviera un escalofrío que recorrió todo su cuerpo –.
A la hora de la salida.
Izuku: Que raro.
Aquí tiene, disfrútelo – dijo el chef del puesto poniendo un plato de katsudon en el taburete –.
Ahora, los cinco chicos sabientes del plan en marcha, y el blanco, estaban en un restaurante de katsudon. Era pequeño, tenía solo una mesa y alrededor de 7 sillas. Pequeño, pero, para Izuku, era un lugar especial pues su madre lo había traído varias veces a ese lugar para probar, según palabras de Izuku, la comida de los dioses. Además, cabe resaltar que ambos chefs, el dueño, un hombre adulto, algo mayor, y su hija, como de dos o tres años mayor a los chicos, estaban informados sobre el plan de los chicos y, puesto que ya tenían mucho tiempo de no ver a Izuku sin la máscara desde aquel fatídico día, querían saber cómo era ahora.
Izuku: Normalmente no me invitan a nada. Solo falta que me caiga nieve enci... – dijo viendo el techo y, al instante que hizo eso, un montón de nieve le cayó encima a él, y a su plato –.
¡Sorpresa! – gritaron los chicos con Todoroki agarrando un cartel con kanjis en este y los demás chicos sonriendo –.
Izuku: ¿No traman eso? – preguntó mirando a los chicos quienes tenían los ojos en blanco temerosos de que descubrieran su plan pues lo anterior fue solo la imaginación –.
Aquí tiene, disfrútelo – dijo el chef del puesto poniendo un plato de katsudon en el taburete –.
Izuku: Normalmente no me invitan a nada. Solo falta que me caiga nieve encima – dijo poniéndose en guardia, pero al ver que no le cayó nada. bajó sus manos – O quizás... – dijo intentando agarrar sus palillos, pero al instante, su katsudon le explotó en la cara –.
ESTÁS LEYENDO
El Último Jinchūriki [Pausado]
FanfictionUn gran zorro despierta de su sueño de miles de años, pero para sorpresa de este despertó ya sellado, y ayudara a su contenedor que se gano su confianza a ser el héroe numero uno usando las artes de tiempos olvidados.