❝ ᴄʀᴜsʜᴇs... ❞ | ᵏᵉⁿᵐᵃ ᵏᵒᶻᵘᵐᵉ ˣ ˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ

˚₊·͟͟͟͟͟͟͞͞͞͞͞͞➳❥ 05

—¿Que _______ no vendrá por algunas semanas? —la voz de Taketora salió conmocionada. Observó a Kazuo con los ojos bien abiertos y este asintió, rascando su nuca.

—Sí.. Tiene la presentación y seguro se preocupará de más si siente que no se preparó lo suficiente, ya saben cómo es. —tu hermano los miró a todos y sonrió algo apenado.

—No se preocupen tanto, podremos estar sin ella por unas cuantas semanas. —Kuroo palmeó con sus manos, como para llamar la atención de los presentes— Ahora, vamos a calentar antes de que llegue el entrenador Nekomata.

Un "¡Sí!" se escuchó de todos y no tardaron en ir hacia la cancha a estirar sus extremidades. Kazuo soltó un suspiro, tal parece que estaba tan acostumbrado a tu presencia en el lugar que se le hacía extraño no verte en algún lugar de la cancha. Levantó la mirada y se encontró con Kenma quien, al igual que él, no se había movido ni un poco de su lugar incluso cuando los demás ya estaban estirando. Se miraron fijamente por un tiempo y a tu hermano le pareció notar cierta inquietud en el de cabellera teñida, así que ladeó un poco la cabeza sin dejar de observarlo.

—¿Kenma?

—Ella...

—¿Uhm?

Guardaron nuevamente silencio hasta que Kenma negó con la cabeza y se dio la vuelta para caminar hacia la cancha donde se encontraban los demás. Kazuo se confundió un poco, es cierto que gracias a su constante convivencia contigo era capaz de entender un poco más a las personas que, a su parecer, se les dificultaba hacerse entender o incluso hablar (por eso el equipo y sus compañeros de clase opinaban que era sencillo hablar con él); pero parece que Kenma aún le era dificil de entender.

Analizó un poco la mínima palabra que el rubio murmuró y pensó un poco más de lo normal, quería saber a qué quería decirle. Y fue entonces cuando una idea remota llegó a su cabeza.

—_______... Ella seguramente se quedará hasta tarde. —a pesar de estar ligeramente alejados tu nombre llamó la atención de Kenma, y aunque disminuyó su velocidad, no detuvo su trayecto— Sé que será algo atrevido de mi parte pero, ¿Podrías esperar por ella, Kenma? No debería comprometer tu tiempo así, pero me gustaría tener la comida hecha una vez ella llegue a casa.

Kenma, después de meditarlo un rato, asintió lento con la cabeza, fue leve, pero Kazuo pudo notar aquel movimiento y eso lo hizo sonreír.

¡Me debes una hermanita!

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El chico detuvo su andar una vez estuvo cerca de la puerta. Pronto, una melodía se hizo presente y le gustó lo lento y tranquilo que era, sin embargo no mucho después la melodía se detuvo abruptamente y se escuchó una maldición.

—Tch... No me sale el do menor. —tu voz llegó a sus oídos.

Aprovechó que la puerta estaba medio abierta y observó dentro de la habitación. Se encontró contigo, que mirabas una partitura mientras tarareabas la melodía plasmada en aquella hoja, como si intentaras memorizarla.

Después de un tiempo dejaste la partitura en un podio mientras tomabas el violín, adoptaste la postura necesaria y comenzaste a tocar. Nuevamente aquella melodía se hizo presente y fue un gusto para sus oídos escucharla de nuevo, sin embargo, en medio de la melodía te detuviste de pronto. Vio como frunciste el ceño e intentaste de nuevo la última nota de la melodía, pero solo te viste más desgustada ante eso.

Y Kenma no lo entendía. Según él, todo estaba bien, la melodía se le hacía perfecta y no notaba el error por el que estabas tan inconforme.

—Lo haré de nuevo.. —te vio suspirar hondo y retomar la postura para tocar el violín antes de retomar la melodía. Te miró un rato más y le gustó verte tan centrada en algo aparte del estudio, siempre te veías tan seria cuando se trataba de asuntos académicos, pero esta vez no era así, te notabas más emocionada.

O al menos eso fue lo que él percibió en ese momento. Y solo eso le bastó para entender que no planeabas irte pronto de la preparatoria.

Soltó un pequeño suspiro y tomó asiento a un lado de la puerta del club de música, dejó su mochila a un lado suyo y se recargó contra la pared mientras sacaba su consola de los bolsillos de su abrigo. Al menos... Se deleitaría escuchando tu música por un rato.