❝ ᴄʀᴜsʜᴇs... ❞ | ᵏᵉⁿᵐᵃ ᵏᵒᶻᵘᵐᵉ ˣ ˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ

˚₊·͟͟͟͟͟͟͞͞͞͞͞͞➳❥ 09

—¡Lev! ¡Que no separes los brazos! —lo rependiste al ver como nuevamente cometió aquel error al bloquear.

—¡Sí, lo siento! —respondió aquel chico y tú solo suspiraste.

Después de todo un mes, el club finalmente obtuvo a su casi mánager de vuelta, y debían admitir que extrañaron sentir tu presencia en la cancha.

Ahora veían que te esforzabas más que antes y no entendían el porqué. ¿Tal vez era por tu ausencia en todo mes y querías recompensarlo? No estaban seguros, pero agradecían tenerte tan centrada en ellos y en cómo ayudarlos a mejorar.

—Kozume-san.. No huya del balón. —dijiste suave al chico que movió su cuerpo una vez Taketora remató.

—¿Y a Kenma no le gritas? —murmuró Lev mirándote con los ojos entrecerrados.

—Conoce tu lugar Lev. —Kuroo lo miró sonriente y negó suave con la cabeza, ganándose un "¡¿Ah?!" por parte del mestizo.

—Me arrancará los brazos... —susurró Kenma en respuesta a tu pedido desviando su mirada de la tuya.

—¡No lo hará! —Nekomata le contradijo y Kenma soltó un pequeño suspiro antes de hacer una pequeña mueca de desagrado que te causó risa.

No podías negar que aquel chico no era el más expresivo, pero una vez alguna de sus emociones salían a la luz su rostro lo reflejaba perfectamente, y eso era algo que encontrabas adorable en él.

—¡Bien, una partida más y terminamos con el entrenamiento!

—¡Sí!

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—Kozume-san. —lo llamaste, él subió la mirada de su consola y una cajita de leche de fresa entró en su campo de visión.

Confuso por eso, subió la vista un poco más y se encontró con tu rostro sonriente.

—Gracias... —musitó Kenma agarrando aquella cajita.

—Lo siento, no sé qué bebida te gusta así que elegí un poco al azar... —subiste tu mano a tu cabello y jugaste un poco con el— Quería devolverte la leche chocolatada de aquella vez y... Bueno, en realidad quería agradecerte.

—¿Agradecerme? ¿Por qué? —él ladeó un poco la cabeza y te miró curioso. Tu sonrisa se torció en una mueca nerviosa y desviaste la vista de él.

—Por las palabras que me dijiste aquella vez.. —contestaste— En verdad fueron de ayuda, me dieron la seguridad para tocar sin importar si me equivocaba o no. Gracias, en verdad lo aprecio.

—No deberías agradecerme por eso, yo solo dije lo que pensaba. —Kenma soltó un hondo suspiro y meneó suavemente la cabeza bajando la vista a la consola en sus manos, movió sus dedos ansiosamente por los botones de la consola pero no reanudó el juego— Te habías esforzado mucho para ese momento así que me parecía extraño que dudaras de ti. Mis palabras salieron por sí solas y aunque me estás agradeciendo.. Siento si te llegué a incomodar o molestar.

—Oh no, está bien, en serio. No me molestaste, ni mucho menos me incomodaste. —acotaste rápidamente antes de sonreír un poco más. Sabías lo sincero y directo que podía llegar a ser con sus palabras, era como tú, con la diferencia de que él se hacía entender perfectamente.

—Ya veo..

Ambos guardaron silencio después de eso, te apoyaste sobre tus rodillas frente a él mientras el joven insertaba el popote en la cajita de leche y le daba un sorbo. Se sentía nervioso por tu presencia y aunque intentara disimularlo, el como involuntariamente sus dedos se movían en la consola podían delatarlo, pero parecía que tú no estabas atenta a eso y tenías otra cosa en mente.

—Kozume-san... —lo llamaste y él levantó la mirada para verte— ¿Me viste?

Lo miraste fijamente mientras Kenma tomaba del contenido de la cajita para darse a sí mismo tiempo para pensar. Te vio, por supuesto que te vio; porque vaya que deslumbrabas en el escenario. Pero no podía decirte eso, no se atrevía y quizá nunca se atreverá.

—Lo hice. —dijo finalmente— Y estuviste genial.

Tus ojos parecieron brillar ante su respuesta y una amplia sonrisa se formó en tu rostro.

—Yo también te ví. —la voz de Kazuo intervino. Tu hermano, que estaba bastante cerca, sonrió— Y en serio estuviste increíble, pero es tiempo de volver a casa

—Sí, sí.. —soltaste un suspiro y te levantaste, sacudiste tu uniforme antes de bajar la mirada para ver al joven de cabellera teñida— Nos vemos mañana Kozume-san.

—... Llámame Kenma. —murmuró, viendo como te alejabas junto a Kazuo.

No tardó en soltar un flojo suspiro y darle otro sorbo a la leche de fresa antes de continuar con el videojuego y esperar a Kuroo.