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Dejaste de tocar el violín abruptamente y frunciste el entrecejo. Te era difícil concentrarte, te era difícil dejar de pensar.. Y todo gracias a él.

Aquel chico hacía que fuera difícil no pensar demasiado y eso no era favorable para tu presentación.

Soltaste un hondo suspiro e intentaste concentrarte y dejar de pensar en él y en sus palabras de la noche pasada. Era cierto que aquello te hacía sentir emocionada pero en ese momento no necesitabas sentirte así, querías concentrarte porque dentro de poco sería la presentación y realmente querías impresionar.

Después de ensayar y ensayar, y tanto intentar sacarlo de tu cabeza, una repentina frustración llegó a ti. Por favor, solo querías sacarlo de tu mente por unos instantes, ¿Por qué ahora te era tan difícil?

Dejaste el violín en su respectivo estuche, a un lado, y decidiste salir del salón para tranquilizarte e intentar despejar tu mente. Caminaste por los pasillos de la preparatoria ahora casi vacía debido a que era tiempo de volver a casa (exceptuando a los que estaban en clubes), ibas a buscar un lugar donde pudieras calmarte un poco.

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—Vaya... ¿Ya llegaste a tu límite? —la voz de tu hermano te hizo alzar un poco la cabeza. Asentiste con suavidad, haciendo un puchero y él sonrió con burla— Ja.. Te lo mereces.

—Ya vete si solo vienes a molestar, Kazuo. —lo miraste mal— Quiero meditar un poco antes de volver al club.

Kazuo te sonrió antes de alzarse de hombros y alejarse lentamente de la esquina en la que te encontrabas. Estabas en la cancha del club de voleibol, tus propias piernas que guiaron a ese lugar porque al parecer que ese era tu "lugar seguro" en la preparatoria. Así que actualmente te encontrabas hecha bolita en un rincón de las gradas, y sinceramente, a los demás les preocupaba no escuchar tus regaños y el ver tu expresión pérdida en algún punto muerto en el suelo.

—¿_______-san está bien? —le preguntó Lev a Kazuo una vez este volvió con el balón en manos.

Tu hermano te echó un vistazo y se alzó de hombros, sonriente.

—No ahora mismo, pero lo estará. —aseguró jugando con el balón en sus manos— Siempre que siente que algo depende de ella tiende a practicar y practicar una y otra vez hasta que finalmente termina agotada por el sobreesfuerzo o frustrada porque algo no sale como ella quiere.

—Eso es preocupante... —murmuró Yaku mirándote— ¿Se sentirá sola? ¿Y si le llevamos un pan de leche o algún dulce?

—Si algo he aprendido es que lo mejor en estos casos es alejarse y dejarla sola, su mente se despejará por su cuenta. —Kazuo observó a Yaku y le sonrió— Y créeme que una vez lo haga.. Ella será increíble.

El equipo lo observó antes de verte a ti nuevamente, en serio les preocupabas pero si tu hermano que ha estado toda una vida contigo decía aquello debían confiar en él. Sin embargo, el ser humano siempre buscará la forma de hacer sentir bien a quien lo necesite.. Quizás inconcientemente, pero lo hará o al menos lo intentará.

—_______.. —su voz te hizo levantar la vista. Sus ojos se encontraron con los tuyos y antes de que pudieras decir algo una cajita de leche chocolatada entró en tu campo de visión.

Aceptaste la leche un tanto confundida y lo miraste atenta, era a quien querías sacar de tu cabeza pero en ese momento solo te fijaste con confusión en su acción.

—Gracias, Kozume-san... —murmuraste— Pero, ¿Hay alguna razón para esto?

El chico te observó antes de tomar asiento a tu costado lo cual ocasionó que tu pulso aumentara un poco. Apretaste la cajita de leche en tus manos y llevaste tu mirada a esta.

—Bueno... Principalmente porque estás en mi rincón. —habló alzándose de hombros, aunque no pudo evitar sonreír al ver tu expresión de vergüenza y asombro— Y.. En realidad, también te noté pensativa.. ¿Ocurre algo con la presentación?

Soltaste un pesado suspiro e insertaste el popote en la cajita, sorbiste un poco y miraste de nuevo al suelo.

—No logro sostener el do menor... Y tampoco puedo concentrarme... —tu voz sonó decaída y Kenma lo notó— Siento que no puedo hacerlo, no hago nada bien.. Y tampoco puedo sacarte de mi cabeza, es un poco estresante pensar-...

—... ¿Sacarme? —Kenma frunció un poco el ceño.

—¿Eh? —rápidamente lo miraste, con los ojos bien abiertos— ¿Qué-..? ¿Dije algo?

—No... Te preocupes, tal vez escuché mal. —el chico negó suavemente con la cabeza y vio como te relajaste ante eso.

Ambos guardaron silencio y aunque sonara increíble Kenma no había sacado su consola, quizá porque Kuroo la tenía consigo. La conversación murió, y ambos se centraron en sus propios pensamientos.

—Creo que... Deberías dejarlo todo un rato. —comentó repentinamente tu contrario, lo observaste— Quizás el centrarte y pensar tanto en qué hacer para hacerlo bien te está frustrando tanto y eso hace que te desconcentres. —sus ojos te observaron de soslayo y analizó tu expresión, le fue tranquilizante que lo escucharas con tanta atención— Está bien si te calmas un poco.. Me es cansado verte tan exhausta. —Kenma soltó un suspiro antes de levantarse de las gradas— Me gusta más... La _______ enérgica.

Luego palmeó tu cabeza suavemente y se alejó de ti a pasos lentos y rígidos. Lo viste alejarse a cada paso que daba y aunque tu cabeza tardó en asimilar sus palabras y acciones, una vez lo hizo te sentiste avergonzada, aunque también te sentiste con un poco más de energía y fuerza que claramente gastarías más tarde practicando el do menor hasta que finalmente lo dominaras.

Fue en ese momento que Kazuo te dio otro vistazo y sonrió ampliamente, después le dio una mirada a Kenma que estaba irracionalmente rígido en las gradas y se acercó a él.

—Kenma. —lo llamó y este le prestó atención— Ella estará bien.. Gracias.

Kenma solo pudo asentir con la cabeza, un tanto confuso por las palabras de tu hermano. Te echó un vistazo y sonrió suavemente al ver tu expresión ahora decidida.

❝ ᴄʀᴜsʜᴇs... ❞ | ᵏᵉⁿᵐᵃ ᵏᵒᶻᵘᵐᵉ ˣ ˡᵉᶜᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora