"Para poder seguir adelante, debes entender por qué sentiste lo que sentiste y por qué ya no necesitas sentirlo"
-Mitch Albom
Shinso está justo delante él, y no es un sueño. Tiene la ropa pegada a su cuerpo por la lluvia, su pelo tapando su mirada, que mantiene fija en el suelo. Tirita un poco, pero no dice nada. Las gotas de lluvia resbalan por sus brazos y su pelo, como si llevara ya un rato debajo de la lluvia. No llevaba paraguas ni tampoco parecía importarle.
Kaminari ni siquiera piensa en que es la primera vez que se ven desde hace tres semanas cuando le agarra del brazo y hace que entre en su casa, ordenándole que se espere a que le traiga unas toallas para secarle porque como no hagan algo se va a enfermar. Podrían estar en un punto extraño en su relación, pero lo último que quería Kaminari es que Shinso terminase ingresado con una pulmonía al día siguiente (o con algo peor). Además, algo le decía a Kaminari que Shinso era de los que se enfermaban rápido, lo cual tampoco explicaba entonces qué le había llevado a su casa esa noche de tormenta.
Justo cuando da media vuelta para ir al baño, la mano fría de Shinso le agarra la muñeca y le ordena a detenerse. El rubio gira sobre sus talones lentamente, el corazón latiendo con fuerza contra su pecho y la zona en la que sus pieles se tocan ardiendo como nunca, aunque la mano del mayor esté un poco mojada.
La mirada que le dirige Shinso es devastadora; sus hombros caídos le hacen parecer más pequeño de lo que es y las ojeras bajo sus ojos le dan un aire melancólico. Recordaba haberle visto de esa forma hace meses, las primeras veces que había despertado en su casa.
Kaminari ni se había dado cuenta de cuándo su palidez fue sustituida por el color alegre de sus mejillas, o el vacío de su mirada llenado por la calidez con la que siempre solía mirarle. ¿Habría tenido él algo que ver con esos pequeños detalles? ¿Habría influenciado él en la mejora de su ánimo, sin siquiera darse cuenta?
-Yo... -empieza a decir con dificultad, como si llevara días sin hablar.
Las palabras parecen quedarse atoradas en su garganta, porque Hitoshi da un paso más hacia él, fallando en el intento de acercarse y quedándose de nuevo petrificado en el sitio, como una estatua.
Kaminari le observa unos segundos, sin saber exactamente qué debe hacer, viendo que cierra los ojos durante unos segundos antes de volver a abrirlos con una expresión... completamente diferente.
No hay rastro de duda, pena o tristeza.
No hay nada de Shinso cuando este abre los ojos.
El rubio apenas puede procesar nada de lo que está ocurriendo cuando Shinso se acerca a él y agarra sus mejillas, tirando de ellas juguetonamente mientras le sonríe como no le ha sonreído nunca, de forma traviesa y algo juguetona. Pese a que no le disgusta el tacto, es ese brillo en sus ojos y esa postura corporal lo que le alertan de algo que prefiere dejar a su imaginación por el momento.
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ghost of you | shinkami
Fanfiction«Y luego estaba su risa. Su risa era exactamente igual a como la recordaba (ligera, vibrante, mágica) y, sin embargo, también era completamente diferente a lo que fue una vez. Sus manos, su mirada, su pelo. No había rastro de lo que profesaba ser y...