10. TU FANTASMA

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*Os recomiendo escuchar la canción al leer este capítulo final

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Shinso no estaba bien. Sonreír era fácil cuando estaba con sus amigos, pero no cuando la soledad de su casa se colaba debajo de su ropa, grabándose en su piel como una condena.

Se tomó un tiempo en la universidad y paró su vida. Creía que se lo debía. No podía vivir como si nada cuando Mía no podía hacerlo.

Sus amigos le dejaron estar. Necesitaba superar el duelo por sí mismo o de lo contrario nunca sería capaz de retomar su vida ni de enfrentarse a un futuro como aquel. La terapia ayudó durante un tiempo, pero Shinso solo aprendió a encerrarse todavía más en sí mismo.

Casi no salía de casa, no comía. Podía pasar días sin hablar y nadie se daría cuenta.

Podía desaparecer y nadie se daría cuenta.

A veces creía que se lo había inventado todo, que su imaginación lo había creado desde cero. Creía que aparecería una mañana o que se la encontraría en su cocina cocinando algo para ambos. A veces juraba que olía su perfume, que ella estaba más cerca de lo que creía, esperándole.

Pero no era así. Shinso vio cómo la enterraban y lloró sobre su tumba días enteros.

Ella no estaba con él. No volvería a reírse de sus bromas, ni a descansar sobre su pecho. No aparecería un día por sorpresa como solía hacer, llevando consigo una cesta de comida para hacer un picnic sorpresa. No cantaría a todo el pulmón en su bañera, ni le invitaría a unirse a ella como siempre hacía. No bailaría esas canciones de The Cure que tanto le gustaban, ni a disfrutar de su helado favorito cuando el calor del verano asfixiaba a cualquiera.

Shinso no estaba bien, pero decía que lo estaba. Era más fácil mentir que enfrentarse a una realidad que no podía cambiar, pero que le estaba cambiando a él.

A veces sentía como si sus fuerzas le hubieran abandonado y, otras, con ganas de gritar hasta notar sus cuerdas vocales desgarrarse una a una. Su aspecto era lamentable y ni siquiera llegaba a reflejar lo mal que se sentía en su interior.

Kaminari apareció en su puerta un día cualquiera, soltando aquel discurso que al principio le había helado la sangre.

Y, de un día para otro... ella había vuelto, pero no de la forma en la que él esperaba. Era obvio que Shinso no quisiera tener nada que ver con Kaminari en su primer encuentro: se había abierto una herida que, si bien no estaba cicatrizada, había aprendido a ignorar con mérito.

Mía le abrazaba y lloraba con él, le decía todo lo que nunca pudo decirle en vida y... Y a los pocos minutos ya no estaba, sino que tenía delante a un chico que era completamente ajeno a su dolor. Un chico con su propia vida, con sus propios problemas.

Protegerlo le salía solo. Se aseguraba de que estuviera cómodo, se interesaba en él, cuidaba de él sin siquiera darse cuenta. Parecía asustado, inseguro con él. Shinso quería devolverle el favor que le estaba haciendo, pero nunca esperó que ese chico tan inquieto resultase ser alguien fascinante.

ghost of you | shinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora