Capítulo 28

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POV: Davina 

Ya han pasado dos meses desde la muerte de mi padre, mi hermano se ha estado recuperando de su parálisis parcial temporal en las piernas. El doctor lo dio de alta dos semanas después de que despertó y se le ha asignado una enfermera y su silla de ruedas. Mi padre fue velado y sepultado dos días después de que mi hermano fue dado de alta, fue algo muy fuerte tanto para mí como para mi hermano. Me perdí el cumpleaños de mi amiga, a la cual le pedí perdón, pero ella entendió que estaba muy triste para ir. Ami me contó sobre el chico rubio misterioso que Steffi llevo a la fiesta, el cual pronto nos presentara. Mis abuelos aún no han vuelto a Rusia, mi abuela no nos quiere dejar solos en estos momentos. Sé que es más por mi hermano que ha estado mal humorado, por suerte su enfermera lo ha podido controlar, y parece que ahí hay algo más.

Estos dos meses he estado decaída y triste, pero a pesar de todo Enzo no se ha separado de mi lado, él se convirtió en mi pilar y mis fuerzas. Mis sentimientos por él han crecido al punto que puedo decir que lo amo. Hoy tengo una cita con Enzo, él me insistió, dice que debo salir de esto, sé que está preocupado, pero lo que él o se da cuenta es que seguramente me hubiera derrumbado de no haber sido por él.

Con un suspiro pesado doy por terminado mis pensamientos y me miro al espejo, tengo un vestido color celeste floreado, con mangas del mismo color, pero la tela traslúcida y un escote en V. El vestido es llega hasta los muslos con la falda estilo campana y la tela es traslúcida, pero al tener varias capas de la tela y un refajo no se ve nada. Mis tacones son de un blanco nube al igual que mi bolso, mi pelo alisado hasta la cintura y mi maquillaje es sencillo, va combinando con el vestido. Enzo me pidió que me vistiera bastante elegante, al parecer me llevara a un restaurante.

Unos toques en la puerta de mi cuarto dan por terminado la revisión de mi vestido. Después de decir pase, mi abuela entra y me da una sonrisa amorosa.

- Estás bellísima mi niña, por eso tienes al pobre Enzo en la palma de tu mano – dice –

- Gracias abuela. Yo sé que le gusto, pero .... – dejo lo que iba a decir en el aire. No sé como confesarle a mi abuela que tengo miedo de lo que Enzo y yo tenemos, por qué no sé que es lo que tenemos.

- ¿Pero? Sigue algo habiendo algo que te molesta mi niña. ¿O me equivoco? – pregunta sentándose en mi cama

- Si abu, es que estos meses con él han hecho que mus sentimientos crezcan, pero aún nos estamos conociendo o eso creo yo. Es que no sé que somos hasta ahora y sé que sus sentimientos por mi son muchos, pero... - vuelvo a dejar de hablar porque ese miedo sigue ahí, pero menos que antes. El miedo a que se aburra de mi

- Tienes miedo a que todo termine mal – termina por mi

- Si – asiento sentándome a su lado

- Déjame decirte algo mi niña – la miro interrogativa, pero no digo nada – Los conozco a ambos, tú sabes que Enzo prácticamente creció aquí junto a Alex, yo sé que él es un buen muchacho y desde hace mucho tiempo note que le interesas. Desde que son ambos pequeños tú tienes la atención de Enzo mi niña confía en mí. No te desesperes mi niña todo a su tiempo y yo sé que están destinados a estar juntos. – me besa la frente

- Confió en ti – le doy una sonrisa

- Vamos, tu abuelo está abajo esperando por nosotras – ambas salimos de mi cuarto y bajamos a la sala de mi casa. En la sala está mi abuelo sentado viendo un periódico, al vernos llegar deja el periódico de lado y se pone de pie.

- Estás bellísima princesa – me alaga mi abuelo

- Verdad que si – coincide mi abuela

Mi único AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora