Capitulo 14

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Enzo

De camino a su casa ella estuvo callada y muy pensativa. Yo la miraba por tiempos y ella se veía perdida en sus pensamientos. Probablemente, lo que hice la asusto y es lo menos que quiero.

- Disculpa si te incomode en el gimnasio – digo cuando me parqueo delante de su casa

- No te preocupes, no paso nada – dice sonriendo por primera vez desde que salimos de mi casa

- ¿Te veré mañana? – pregunto

- Si, así, terminas de enseñarme a dar un puñetazo sin romperme la muñeca, tal vez lo use contra ti algún día – dice divertida

- Si es así mejor, no te enseño nada, no quiero una nariz rota – digo con el mismo tono

- Yo pago los gastos de la rinoplastia si te rompo la nariz – dice con una mirada inocente y divertida

- No creo que necesite una rinoplastia, sino una septoplastia – digo encogiéndome de hombros

- Como digas genio, por cierto, mañana llega mi abuela de Rusia, estás invitado a la cena de bienvenida, estaremos todos menos mis primos que estarán en Rusia hasta el mes entrante – me dice, la señora Alaska es un sol, así que sin pensarlo acepto

- Si claro, sería lindo verla nuevamente y que por fin me cuente como fue que tu abuelo y ella se conocieron – digo

- Te encantara esa historia, parece una historia de libro – dice sonriendo

- Sin duda lo hará – digo mirándola a los ojos, nos quedamos viendo a los ojos y me pierdo en esos hermosos ojos azules y marones. Son fascinantes y únicos y solo me dan ganas de mirarlos por horas y descubrir todos sus secretos. Pero como siempre hay alguien que arruina el momento.

Llamada

- Habla Lennox – respondo secamente la llamada telefónica

- Pero que humor, aunque no es nada nuevo en ti – responde con ironía Gael – Solo te llamo para avisarte que ya terminé todo aquí en Londres y que llego el viernes en la noche

- Perfecto, tú sabes que hacer – digo

- Adiós amargado – sin dejarme responder corta la llamada

Fin de la llamada

- ¿Está todo bien? – pregunta

- Sí, era mi mano derecha avisándome que llegara el viernes – le informo, si fuera otra persona no le estaría proveyendo esta información, pero es Davina

- Oh, su oficina es la que está vacía en nuestro piso – pregunta; de repente se sonroja – en el piso donde se encuentra tu oficina – se corrige

~ Si pequeña osita, nuestro piso, todo lo mío es tuyo, aunque aún no legalmente~

- Si, Gael estaba resolviendo unos asuntos de unas sucursales en Londres antes de mudarse para acá – digo

- ¿Él es quien está a cargo del asunto de los Harrison? – pregunta

- Si, ya está todo resuelto, lo de la demanda fue pan comido – digo dándole una sonrisa relajante

- Eso es bueno – me da una preciosa sonrisa – Bueno, yo me voy, ya hemos estado como quince minutos parqueados delante de mi casa – dice riéndose

Mi único AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora