Emma Dumont jamás admitirá en voz alta que estaba enamorada de James Potter, de hecho jamás le hablaría puesto que podría ser la persona más tímida en el mundo...
Pero todo cambia cuando un jugador del equipo de quidditch se va y Remus Lupin le da u...
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❝INHIBIDOR❞
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Emma abrió sus ojos y observó una vez más la oscuridad rodeando la habitación en la que sabía que estaban Marlene y Lily, pero que aún así se sentía solitaria.
Se levantó de su cama y con su varita hizo un lumus que la dejó ver bien el resto del lugar, sus dos amigas dormían cada una en su cama, ella se acercó a la ventana y suspiró viendo la luna.
Por un segundo llevó su mano a una pequeña runa oculta en la parte de trasera de su hombro, su inhibidor de poder.
Recordaba los desastres que tantas veces había causado antes de colocarse esa runa, incluso la llegaron a divertir los recuerdos de Michelle Evans corriendo como loca cada vez que algo se incendiaba.
Decidió salir de su memoria para ir por algo de comer, distraer su mente de recuerdos que acabarían haciéndole daño, como siempre.
Salió de la habitación y bajó las escaleras sonriendo aún con el recuerdo de la señora Evans gritando que se quemaba el sofá.
Una vez entró a la sala común se sorprendió de ver a James Potter dormido en una mesa de trabajo junto a la ventana.
Sus gafas estaban torcidas en su rostro, su cabeza estaba sobre pergaminos y su cabello se veía más despeinado de lo normal, parecía realmente cansado.
Con cuidado Emma se acercó y se quitó la manta que llevaba sobre los hombros para colocarla sobre la espalda del Potter y así abrigarlo un poco.
Acomodó su cabeza sobre un cojín y esto pareció que lo hizo sentir más cómodo, una vez se convenció de que James estaba cómodo tomó los pergaminos para guardarlos, pero vio los dibujos.
Eran jugadas de quidditch, tenían varias anotaciones en las esquinas y las posiciones de cada jugador, pero al parecer ninguna cuadraba bien al final.
Se dio cuenta de inmediato que algunos cálculos estaban mal hechos y suposo que el cansancio le jugó una mala pasada al Potter.
-Veamos qué podemos hacer- Comentó para si misma tomando asiento.
Tomó la pluma y la tinta que estaban en la mesa y comenzó a corregir los cálculos con rapidez.
Una vez todas las jugadas y los cálculos estuvieron en orden se decidió a ponerles nombres que vayan acorde con los movimientos.
-Jugada de desesperación...-Murmuró colocando el nombre en el último pergamino.
Una jugada realmente arriesgada, solo en caso de emergencia como su nombre decía, realmente peligrosa para quien sea que la intente realizar.
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Sirius Black parecía maravillado con el teléfono muggle que Emma le había dado instantes atrás, no funciona en Hogwarts, pero eso no le importaba al ojigris.
-¿De dónde sacaste un teléfono?- Preguntó Lily divertida al ver a Sirius imitar el "Ring" que hacía el aparato al marcar.
-Le pedí a papá que me enviara uno viejo para mostrárselo, al parecer se le ve feliz-
-¿Feliz?- Repitió Marlene sonriendo- Esta más contento que cuando le rapó el cabello a Snape-
Las tres Gryffindor vieron al azabache de nuevo, seguía fascinado con su aparato nuevo y parecía ser su nueva cosa favorita.
-¿Qué le pasa a Canuto?- Preguntó alguien entrando a la sala.
James Potter se acercó junto a Remus y Peter, los tres vieron con confusión a Sirius abrazando su teléfono y sonriendo.
-Tiene un juguete nuevo- Explicó Lily haciendo reír a Marlene.
-Ya dejen al pobre- Emma se acercó al chico y sonrió- ¿Te gusta tú regalo Sirius?-
-¿Bromeas? ¡Mira lunático tengo teléfolo!-
-Un teléfono Sirius, eso veo- Corrigió el castaño acercándose a su amigo.
La Dumont sintió que alguien tomaba su hombre y al voltear vio a James que le hizo una señal para seguirlo.
Una vez estuvieron a unos metros de los demás, que todavía reían de Sirius, el Potter sacó los pergaminos.
-Las jugadas ¿Tú las arreglaste?- Preguntó.
-Sí, bajé en la noche y te vi en la mesa, parecías cansado, pero sí te molestó...-
-No, gracias, enserio y supongo que también gracias por la manta y el cojín, pero ¿Cómo las arreglaste?-
-En si los movimientos estaban bien, pero tus cálculos... No tanto-
James se sonrojó un poco y asintió avergonzado debido a que era Remus quien siempre le ayudaba con los cálculos.
-No soy bueno en nada que tenga números- Admitió avergonzado- Remus me ayuda en esa parte, pero ayer tenía que ayudar a Peter con una tarea y traté de hacerlo solo... Mala idea-
-A mi me encantan los cálculos, si llegas a necesitar ayuda de nuevo solo dime y así no te quedas a dormir aquí-
-En realidad mis pijamadas con la mesa junto a la ventana son realmente encantadoras- Bromeó el azabache.
-Dile eso a tu cuello en 10 años-
Emma sonrió cuando James hizo una mueca de dolor al mencionar su cuello.
-Avisa a la próxima o vas a terminar sin nuca Potter-
-Podríamos comenzar a hacer las jugadas juntos- Propuso el chico- Yo soy bueno creando y tú en los cálculos, además te ayudaría a integrarte más-
-Bien, solo avísame cuando y dónde para llevar más cojines-
-Muy graciosa, todos los días después de clase en biblioteca-
La pelirroja asintió divertida y volvió con Lily y Marlene que intercambiaron una mirada sonriendo.
Emma se acercó a Sirius y le explicó cómo llamar mientras sus amigas aún la veían.
-Ella no tocó su ropa ni una vez- Observó la rubia McKinnon.
-La vieja Emma está volviendo ¿Cierto?-
-Eso espero Lils, ella merece una vida y superarlo-
Nota:
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? 🥺❤️
¿Cómo están? ¿Cómo andan? 🤔
¿Tienen alguna teoría? 😶❤️
¿Por qué Emma lleva esa runa? 🤔😶
¿Qué piensan de la amistad entre Emma y Sirius? 🥺✨
