🐣 ¿La chica rubia está? 🐣

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Una semana de ocio trás haber pasado los tres días más turbulentos de su adolescencia, ya que ni siquiera había llego al día viernes cuándo todo se vino abajo, debería ser considerada un obsequio

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Una semana de ocio trás haber pasado los tres días más turbulentos de su adolescencia, ya que ni siquiera había llego al día viernes cuándo todo se vino abajo, debería ser considerada un obsequio. Más Zenitsu no encontró nada gratificante este descanso obligatorio. Porque, en un principio, sonaba genial, tendría algo de tiempo para ella, para reflexionar sobre todo lo que ha pasado esos extensos tres días, y tal vez el jueves y el viernes no pudo visualizar lo espantoso que sería estar enjaulada en su casa, postrada o en el sofá individual frente al modesto televisor de la plata baja o en su cama con la laptop que su abuelo le obsequio cuando paso a primer año de escuela medía hace ya tres años atrás.

Hecho la culpa de su falta de atención al día de san Valentín, pues su cabeza estaba tan concentrada en ese día y no tuvo el tiempo de meditar que es lo que haría en su casa, encerrada, con su brazo dominante inmovilizado por el cabestrillo. Fue el sábado que finalmente, cayó en cuenta de la situación en la que estaba metida.

Vestirse sola era bastante difícil, una tarea que un ser humano completo y autosuficiente debería hacer sin problemas, se volvió una odisea, en un intento desesperado de no herirse y forzar su pequeña lesión.

Generalmente, su abuelo se encarga de la mayoría de las tareas del hogar, aunque estando ella en casa no veía el porque no podría ayudarle, hasta que encontró sumamente incómodo el lavar los platos con una sola mano y lento el barrer o aspirar la casa; su abuelo había tenido que llegar y quitarle la escoba o arrebatarle el plato húmedo y enjabonado de su mano derecha para pedirle con severidad que fuera a sentarse sin tocar nada, que permaneciera cómoda y sin esforzarse, había sido ahí que se dió cuenta de que su ayuda no era requerida y que solo lograba porner nervioso a su abuelo; incluso lavar la ropa, que era su tarea asignada de cada domingo, y que supuestamente compartía con Kaigaku, fue tomada sin preguntar por su abuelo.

Intento acabar el informe de biología, pensó que no sería muy difícil ya que debía ser en computadora, pero lloró lamentable al ver lo lento que avanza con solo su mano derecha que no estaba acostumbrada a trabajar sola ni a alcanzar las letras del lado izquierdo del teclado, que terminara su informé el lunes por la noche fue agradable y a su vez tormentoso, porque la única cosa que la mantenía entretenida eran las siete horas al día que le dedicó el sábado, domingo y lunes al trabajo que ahora debía llevar la siguiente semana.

Todo significaba, que quedo de martes a domingo sin nada que hacer. Lo más triste del asunto, es que no había recibido ni una visita de ningún compañero de su clase. Comprendía que la mayoría no fuera a verla, porque su ahora única interacción real fue haberles regalado los bombones amistosos de san Valentín, y no fue algo que hizo directamente ella sino Kaigaku. Sin embargo, se sintió decepcionada cuando ni Tanjirou, ni Aoi, o ni siquiera Inosuke fueron a verla.

Con tristeza resignada, exhaló, aunque oía la voz de su prima con su tono afectado por el sonido semi-robotico que se daba por las llamadas a distancia por Whatsapp web no estaba escuchando realmente de que le habla. Observaba distraída a su prima, jugando con sus dedos mientras comentaba algo gracioso que le ocurrió esa semana.

- Color amarillo pollito - [Zenitsu fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora