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❝ Un lugar no tan abandonado

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Un lugar no tan abandonado. ❞
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MACE WINDU


2 DFI
(Después de la Formación del Imperio)
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17 ABY
(Antes de la Batalla de Yavin)

En los años previos al surgimiento del Imperio, Mace había visitado Dantooine; había visto el Enclave, y también había librado una batalla en este lugar contra un ejército de droides en el mismo planeta. Incluso ahora, los recuerdos estaban vivos en su mente. Había supuesto que la gente olvidaba rápidamente, y si bien no lo reconocían: por los pocos años que lo habían envejecido como si fueran una docena en lugar de sólo un par, las cicatrices que había ganado y la mano que había perdido; Dantooine no había olvidado a los Jedi, no del todo.

La estructura se mantenía a duras penas, o así parecía, era gris y estaba desgastada, parecía haber sido testigo de muchos años y numerosos asaltos. Mace no se atrevió a acercarse a este lugar en todo el tiempo que se había cruzado con Dantooine, había sido difícil ver el Enclave porque eran los restos de los Jedi, incluso si se trataba de una generación que él nunca conoció, porque existió aquí hace miles de años. Importaba ahora, porque los lugares que fueron llenados antes y después del Enclave, los templos que habían sido destinados para la enseñanza de aspirantes a Jedi, esos lugares habían caído, habían sido destruidos u ocupados con la esperanza de profanarlos aún más.

Leta estaba agarrada a su espalda, podía caminar por sí misma, y sin duda le agradaba más, pero Mace estaba atravesando un terreno desconocido. Dejarla atrás no había sido opción.

Los ojos de Leta sobresalían en su hombro, sus pequeños brazos apuñados contra la espalda de Mace, sostenida bajo la tela gruesa.

Mace esquivó las enredaderas, permitiéndoles a ambos abrirse paso en la entrada, o en lo que solía ser la entrada. Estaba cubierta con matorrales de plantas, tanto secas como recién crecidas, colgaban de la pared al techo, cubriéndolo todo, pero la entrada estaba ahí, y el resto era todo gris.

Lo sintió apenas dio unos pasos en el interior del edificio: la Fuerza era fuerte aquí, tan persistente, pero tan desequilibrada.

Leta debió sentir exactamente lo mismo que él. La niña tenía buenos instintos. Se removió, pero no emitió ningún ruido.

Si las circunstancias fueran diferentes, si Mace fuera todavía un Maestro miembro del Consejo Jedi, tal vez se habría detenido en el instante en que sintió aquella inestabilidad en la Fuerza, podría haberse dado la vuelta y regresado por donde había venido. Pero había echado de menos la sensación de la Fuerza rodeándole, incluso si no era del todo virtuosa.

the sun, the moon and all the dead starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora