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❝ El hogar que nunca fue

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❝ El hogar que nunca fue. ❞
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15 DFI
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4 ABY

LETA


A pesar de que no era su hogar, había algo reconfortante en volver a Hapes. Leta no había nacido ni crecido en este planeta, ni en ninguno de los planetas que formaban el Consorcio Hapes. Sus raíces tampoco la unían a Hapes, y si buscaba en lo más recóndito de sus antepasados ninguno de ellos había procedido de este lugar, y en el origen de las cosas; de lo que podría vincularla a Hapes solamente encontraría el odio que su gente sentía por los Jedi.

Sin embargo, de aquí provenía Thas'e, a la que en sus recuerdos había llamado Señora Jazire, la mujer que había sido lo más parecido a una figura materna que Leta había tenido en su vida.

Mientras crecía, Leta la había admirado como el tipo de mujer a la que debía aspirar a convertirse, más por preferencia personal que por obligación. A pesar de que ambas guardaban sus secretos incluso entonces. Ahora, la mayoría de esos secretos habían salido a la luz, mientras que otros eran demasiado triviales o demasiado preocupantes como para sacarles a relucir.

Descendió por la rampa de la nave, aquí era el único lugar donde el Aurora no destacaría como un pulgar magullado, sino que se mezclaría perfectamente con su entorno, como una criatura en su hábitat natural. Algo similar sucedía con los hapanos en general; la Capitana Nibva parecía respirar tranquilamente en Hapes, y la mirada de la Oficial Mione brillaba con encanto al ver el cielo nocturno de Hapes.

En Hapes esta era la noche; sus siete lunas adornando el cielo y las estrellas algo nebulosas en su comparación, pero llenando el horizonte de todos modos, acompañando a las siete lunas como una orquesta.

El cielo brillaba hermosamente sobre todos ellos.

El único que parecía totalmente fuera de lugar era Cody, quien optó por quedar rezagado en el grupo, caminando en su dolor y lentitud detrás de ellas. Incluso R2-D2 y C-3PO, estaban hipnotizados por lo que se presentaba ante ellos. A diferencia de la caótica Chandrila, dijo C-3PO, este palacio era digno de su presencia.

Fue la plenitud del abrazo de Thas'e que hizo a Leta sentir como si lo hubiera estado esperando por años para ahora.

Tras volver a verla, se olvidó por un momento de su agotamiento y se sintió invadida por la alegría.

La última vez que Leta había estado en Hapes, el séquito de Thas'e era más reducido. Esta vez un montón de damas la rodeaban, algunas de ellas tenían el aspecto juvenil y gentil que se poseía sólo en las almas jóvenes y sin mancillar, estando en la flor de su juventud ellas eran las doncellas que cantaban por estar en la compañía de una Princesa de Hapes, luego había algunas damas mucho más cercanas a la edad de Thas'e, no lucían amargadas pero eran verdaderamente severas y podía saberlo con el simple hecho de estar en el enfoque de sus miradas. Sólo eran tres de ellas, y seguían a Thas'e mucho más cerca que el resto.

the sun, the moon and all the dead starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora