Libro 1: Cambia Formas. Capítulo 10.

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Ya habían pasado algunos días, en los cuales los chicos habían quitado aquellos sellos y cascabeles, pues ya no eran necesarios, o al menos eso esperaban, pues aquella esencia había salido huyendo despavorida luego de la actuación y acto de valentía de Elizabeth, y esperaban no tener que lidiar de nuevo con espíritus vengativo que quisieran llevársela por 'x' o 'y' razón.

Los chicos también habían pasado días saliendo por el bosque, según ellos, a preparar el lugar y las cosas para su cumpleaños. La chica pasaba el tiempo sola en la mansión, pero aprovechaba para leer, así se mantenía entretenida. Además, en agradecimiento hacia ellos, hacía las labores del hogar mientras ellos no estaban, y aunque ellos decían que podía esperarlos para hacerlas juntos, ella les decía que era una forma de agradecerles y de entretenerse mientras ellos no estaban acompañandola.

Finalmente, el día del cumpleaños de la chica llegó, y extrañamente, a pesar de que esas eran épocas de frío, amaneció haciendo un calor que los hacia pensar que estaban o en la playa... o más bien, en el desierto.

- mmh~ - se quejó Elizabeth entre sueños mientras se estiraba en la cama, botando de esta a Mihály, quien se despertó al caer contra el piso.

- auch... - murmuró y miró confundido el suelo, mirando luego hacia la cama y notando a Elizabeth, quien dormía en pose de estrella, con todas las extremidades extendidas, haciéndolo reír al saber la razón de su forma de despertar ese día.

Notando el calor, le tiró la sabana encima a la chica esperando su reacción, notando como poco a poco la chica parecía echar vapor por el calor, su cara tomaba un color rojizo por la temperatura y fruncía el ceño entre sueños, hasta que finalmente se sentó en la cama tirando la sabana al suelo.

- ¡el calor me está matando! - se quejó nada más abrir los ojos, haciéndolo reír. Esa era, sin duda alguna, la chica que lo había enamorado.

- buenos días, Elizabeth - la saludo sonriendo, ella lo miró y sonrió.

- buenos días, Mihály, ¿cómo amaneciste? - preguntó y él sonrió ladino.

- en el suelo - contestó, ella mostró una cara de confucion total, haciéndolo reír de nuevo.

- ¿que? ¿cómo llegaste al suelo? - preguntó y él la miró.

- tal vez en el momento que te estiraste y me sacaste a patadas de la cama - comentó divertido y ella se sonrojó un poco, avergonzada.

- lo siento. No soy consciente de lo que hago mientras estoy dormida, y cuando tengo mucho calor suelo estirarme y patear todo a mi alrededor. Incluyendo sábana y almohadas, para evitar el calor - explicó, con una mano en la nuca. Él negó sonriendo.

- no te preocupes - dijo restandole importancia mientras se acercaba - por cierto... - dijo sentándose a su lado y ella lo miro curiosa, él le sonrió y la besó. Ella correspondió. Al separarse él acarició su mejilla - feliz cumpleaños - completó y ella sonrió.

- gracias - dijo feliz de que lo hubiese recordado, él sonrió de vuelta. De pronto tocaron la puerta.

- deben ser los demás. Pasen - dio permiso y la puerta se abrió, dejando entrar a sus hermanos, quienes venían con bolsas o cajas de regalo en las manos.

- ¡feliz cumpleaños N°18 Lizy! - la felicitaron todos y ella sonrió feliz.

- muchas gracias, chicos - dijo sincera.

- ¿y bien? ¿por qué aún no se han vestido? ¡vamos a llevarte al lugar que te preparamos! - dijo Sándor animado.

- ¿debo ponerme algo en específico? - preguntó ella ladeando la cabeza y Mihály sonrió.

Las Crónicas Del Bosque Encantado. Libro I: Cambia Formas(Otherkins Transmorfos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora