Elizabeth despertó temprano y se sentó en la cama con cuidado, frotó sus ojos un poco y cubrió un bostezo con su mano. Al mirar por la ventana notó que aún estaba oscuro, por lo que miró a su lado buscando a Mihály, pero no estaba. Confundida, se levantó de la cama.
- ¿Mihály? - lo llamó, pero no estaba en el cuarto. Se dirigió a la puerta y tocó, pero nadie atendió a su llamado.
Aún más confundida, se acercó a la ventana para ver si alguno estaba haciendo guardia, pero al apoyarse sobre esta ventana se dio cuenta de que tampoco había nadie afuera.
Se sostuvo de la ventana y tiró un poco de ella como siempre hacia, ya que como no podía abrirla la usaba como apoyo para estirarse bastante hacia atrás y mantenerse de pie, era un alivio para su espalda en las mañanas.
Sin embargo, no se esperaba que de pronto la ventana cediera y se cayera de espaldas.
La rubia se quejó entre dientes y se sobó la zona lastimada, ya que la caída había dolido. Se levantó y miró la ventana confundida.
- ¿qué rayos sucede? Se supone que yo no puedo abrirla - se fijó mejor y notó... que los sellos y los cascabeles no estaban - ¿pero que...? - preguntó aún más confundida, y ligeramente preocupada - (¿quizá los chicos ya acabaron con esa esencia maligna? No, no lo creo, es demasiado pronto. Entonces ¿que rayos pasa?) - se preguntó en su mente - será mejor que vaya a buscar a Sándor... - murmuró, alejándose un poco de la ventana para irse, pero sintió una respiración en su nuca.
- no lo creo, linda - dijo una voz masculina, pero no la reconoció. Rápidamente se dio vuelta con el rostro serio y poniéndose a la defensiva.
- ¿quién eres, qué quieres y por qué estás aquí? - le preguntó, saltando al otro lado de la cama, creando una buena distancia entre ambos.
Era un chico de cabello rubio y ojos rojos, vestido con un traje mal puesto, y llevaba la corbata colgada alrededor del cuello como un trapo cualquiera, sin embargo se veía muy bien. Él sonrió.
- que interesante, una humana con el valor de enfrentar a un vampiro - comentó, haciendo que la rubia se coloque en pose defensiva con el ceño fruncido. Conocía por las leyendas que los vampiros eran seres sobrenaturales con poderes extraños y superfuerza, así que debía estar alerta y tener cuidado, en cuanto tubiese la oportunidad de salir corriendo, lo haría. Él sonrió de lado y caminó acercándose a la chica, quien subió su guardia.
- no te acerques, no dudaré en golpearte. Aunque seas un ser sobrenatural, estoy segura que debes sentir por lo menos un mínimo de dolor - dijo segura y retrocedió un paso, en la mesita de noche que dejaron los chicos en el cuarto cuando se había enfermado, habia un libro bastante grueso, era una historia de romance trágico que estaba por terminar de leer.
- suenas muy segura, pero si no tienes miedo ¿entonces por que retrocedes? - preguntó con una media sonrisa mientras avanzaba hacia ella.
- bueno... eso es porque aún no se cuales son tus intenciones, primero debo saber si eres bueno o malo para poder atacarte. Sería vergonzoso que vengas con buenas intenciones y recibas un golpe de mi parte - respondió, haciéndolo reír - aunque ya es bastante raro que te metas en mi habitación sin permiso - mencionó.
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Las Crónicas Del Bosque Encantado. Libro I: Cambia Formas(Otherkins Transmorfos)
DiversosCambia Formas, Vampiros, Hombres Lobo, Ninfas, Dragones y Brujas. Los seis clanes más poderosos de entre todas las criaturas mágicas del bosque han convivido entre guerras y paz durante milenios, refugiandose en el bosque para proteger su existencia...