Libro 1: Cambia Formas. Capítulo 2.

22 9 2
                                    

Elizabeth abrió sus ojos con pesadez, sentía un poco de dolor en el cuello. Se sentó en la cama como pudo y miró su habitación.

- (gris... gris... gris... gris... ¡esperen ¿que?! ¡¿Como que gris, si mi cuarto es azul?!) - pensó, al fin espabilando.

Miró bien a su alrededor, notando que no había nada más que la cama y una silla.

Nuevamente se encontraba en aquel lugar, recordó como dejó la ventana y la miró.

.
.
.

Tapada.

Le habían puesto una especie de reja y alambre de púas por fuera para impedir su escape.

chasqueó la lengua, molesta, y se levantó de la cama. Seguía con el pijama, así que al menos no le hicieron nada,  pero aún así seguía molesta, y su ceño fruncido era muestra de ello.

Se detuvo frente a la ventana y miró afuera... dos de ellos estaban parados a 5 metros de la casa, al escucharla abrir la ventana voltearon a verla, ella frunció el ceño y cerró la ventana de golpe.

Se dirigió a la puerta y la cerró con pestillo para seguidamente tirarse en la cama y hacerse bolita entre las sábanas, convirtiéndose en un ovillo, ocultando incluso su cabeza entre estas.

Escuchó la puerta intentar ser abierta, pero tenía pestillo, así que la perilla no pudo girar por completo.

- esta chica... - se escuchó un suspiro pesado y el sonido de unas llaves abriendo la puerta.

Intento de encierro: fallido.

Claro que no iba a funcionar, después de todo la mansión era de ellos, pero aún así se sintió frustrada y enojada. Escuchó pasos que entraban en la habitación.

- ¿pensabas impedir que entremos para molestarnos? - preguntó tranquilo, pero ella no le respondió. Lo escuchó suspirar pesadamente de nuevo, frustrado, y ella sonrió internamente como una mínima celebración de victoria por lograr su frustración. Sintió que el colchón de la cama se hundió a un lado suyo y se tensó.

- (puede que no le tenga miedo a la muerte, ¡pero si a ser utilizada para ese tipo de cosas! ¡Y joder que tengo miedo! ¡Pero no pienso demostrarlo! No les daré el gusto de verme vulnerable ante ellos) - pensó firme.

- escucha... - empezó a hablar él, al parecer sólo se había sentado a la orilla de la cama - aunque nos lo pongas difícil, no podrás salir de aquí, y aunque lo logres de nuevo, te vamos a encontrar - ella se encogió más entre las sábanas y le dio la espalda a pesar de que al estar envuelta en las sábanas no podía verla - ¿por que te empeñas en resistirte? Ni siquiera nos has visto la cara, ¿como sabes que no somos atractivos?.

- no me importa si lo son o no, no quiero acostarme con nadie, no quiero que nadie me use como objeto sexual ni para reproducirse. No quiero que me toquen, no quiero siquiera que se me acerquen. No me agradan los hombres, ninguno, y si te lo preguntas, no, no me gustan las chicas, simplemente no me gusta ninguno, y no pienso cambiar eso - contestó.

- pues yo lo cambiaré - habló seguro de si mismo.

- aunque lo logres no te lo haré saber, y dudo mucho que pase.

- las acciones dicen más que mil palabras - dijo él.

- vete, no tengo ganas de hablar con nadie, si no van a liberarme entonces matenme.

Las Crónicas Del Bosque Encantado. Libro I: Cambia Formas(Otherkins Transmorfos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora