Capítulo 16

62 5 71
                                    

–No puedo bailar, no sé hacerlo.– Confesó un poco apenado. –No quiero verme como un idiota y arruinar la imagen de chico genial en la que he trabajado para gustarte.

El rubor que apareció en mi rostro fue inevitable ante su confesión. A pesar de uno que otro coqueteo aquí y allá, no creí siquiera que le agradará lo suficiente para que se estuviera esforzando en gustarme, pero ya lo hacía y lo justo sería hacérselo saber. Así que me armé de valor, me levanté del sofá y le tendí la mano. Me miró confundido y hablé.

–Entonces, ¿qué dices si te enseñó cómo? Incluso podrías ser tú el que reconsidere la idea de estar conmigo.– Sonreí al ver cómo sus ojos se iluminaban y tomaba mi mano, se paró aún dudoso de ir a la pista. –Prometo no hacer que nos veamos como idiotas.

–Y si aún así pasa, ¿prometes también que no dejaré de gustarte y te tomarás una foto conmigo después?

–Lo prometo.

Escuché el click de la cámara y en seguida fuí cegado por el flash. Parpadeé un par de veces hasta quitar esa molesta mancha luminosa de mi visión. Agarré la fotografía cuando el hombre que la tomó la tendió hacia mí mientras le agradecía con una sonrisa amable.

Esperé unos segundo a que la imagen se aclarara y analicé cada detalle para comprobar que todo estuviera en orden. Levanté la vista de la foto al sentir la mirada de Zayn sobre mí, tenía una pequeña sonrisa jugando en sus labios.

–¿Qué?– Cuestioné, devolviéndole la sonrisa con un ligero rubor. Zayn parpadeó por un segundo antes de negar suavemente.

–Nada.– Me estudió por un segundo más antes de bajar la vista al suelo para esconder una nueva sonrisa. –Me agradas más así.

–¿A qué te refieres?– Pregunté, ladeando un poco la cabeza. Zayn metió sus manos a sus bolsillos y raspaba nerviosamente la suela de sus zapatos contra el suelo.

–Escapaste apenas tuviste la oportunidad aquella noche.– Frunció el ceño y se relamió los labios. –Está bien. Quiero decir, no me conocías y probablemente te sentiste abrumado.– Finalmente me miró confuso. –Pero ahora no estoy seguro de lo que realmente quieres que pase.

Ahora era mi turno de fruncir el ceño y mirar el suelo. ¿Qué quería que pasara? ¿Quería que algo siquiera pasara? Sabía que la respuesta no la encontraría en aquella mancha dudosa en el piso. Tenía que mirar al chico frente a mi, tenía que ver a quien me estaría entregando o a quien estaría ahuyentando, dependiendo de lo que decidiera.

-Me gustas, Zee. Eso creo.

–¿Eso crees?– Su voz era suave y ligeramente entretenida. Asentí, mordiendome el labio y él asintió de regreso. –Mira, no siempre es fácil estar conmigo. Me cuesta quedarme callado y diré cosas que puedan herirte o incomodarte, pero no lo hago con esa intención. No soy un idiota a propósito.– Reí bajo y él sonrió. –Pero me gustas, Liam, en verdad me gustas. Me gusta como sonríes de repente y la forma en la que mi nombre suena con tu voz. Incluso la manchita de tu cuello que sobresalta cuando te ríes me tiene hecho un tonto.

Alzó su mano y acarició mi labio con su pulgar. Instintivamente me incliné a su tacto, buscando más caricias, pero él las detuvo para levantar más mi barbilla con un agarre firme sobre mi mandíbula. Sus ojos estaban oscurecidos y demandaban mi atención.

–Pero no voy a mendigar cariño. No estaré detras de ti esperando a que estés seguro de que te guste o no. No soy un entretenimiento, Li. Si quieres que me quede lo haré, pero si no lo sabes, entonces me iré.– Concluyó sin ningún tipo de vasilación.

Sonreí y enredé mi mano sobre su muñeca.

–Recuerdo muy bien ese discurso.– Dije y Zayn se rió.

Red Dreams With Yellow Hints Donde viven las historias. Descúbrelo ahora