|16|

70 15 9
                                    

╔══════════╗
Un deseo de cumpleaños.
╚══════════╝

El tiempo parece avanzar demasiado rápido, cree que en cualquier momento se quedará sin el.

Agobiado, deja caer su cabeza sobre el escritorio lleno de libros, libretas, hojas y más hojas arrugadas que se mezclan con la basura del sacapuntas, la habitación es oscura, apenas el rayo de una pequeña lampara le hace diferenciar todo, observa el reloj mientras ese "tick tock" resuena en sus oídos incluso a través de los audífonos. No puede evitar dejar de sentir esa angustia creciendo cada vez más en su pecho. Después de despertar, en realidad las mañanas las siente vacía. Siente tanto amor por ella, pero no sabe que hacer, parece como si todo hubiese sido en vano. Últimamente había soñado mucho con ella, su madre no puede evitar sentirse culpable por no ser capaz de ayudarle, y él se siente culpable por hacerla sentir de esa manera.

Con desidia se levanta del escritorio y quita sus auriculares, aún con la pijama puesta, se coloca una sudadera gris encima para por fin bajar donde todos lo esperan ansiosos.

—¡Sorpresa!—les escucha gritar cuando pisa el ultimo escalón, este brinca del susto.

Al terminar de bajar completamente, observa a sus padres y abuelos alrededor del comedor, y al centro, se encuentra un pastel con las velas recién prendidas.

—¡Feliz legalidad, cariño!—menciono su mamá acercándose hasta él para tomar su mano.

—Wow. Gracias—murmuro con una expresión vaga—Lo había olvidado.

Mentira. Lo había esperado ansioso.

—Vamos Min. Pide un deseo y sopla las velas—le pidió su abuela con emoción.

El chico no tuvo el valor para negarse a tan dulce petición, con un sentimiento de mezcolanza, camino sin ánimos y tomó asiento frente a la tarta. Trago grueso, recargo los codos sobre la mesa, junto ambas manos.

Un deseo.

Sólo uno.

Cerró con fuerza sus ojos, estaba luchando contra sus lágrimas. La tristeza nubló sus facciones, pero nadie dijo nada, y cuando su cuerpo se relajó, sopló las velas del pastel causando que todos aplaudieran contentos.

—Muy bien. Comamos—hablo su padre tomando el cuchillo entre sus manos, pero Min lo interrumpió.

—Pueden hacerlo ustedes, yo...iré al hospital.

—¿Te sientes mal, Yoongi?—le pregunto su abuelo ganándose un fuerte zape por parte de su abuela—¡Vieja chupasangre! ¡¿Ahora qué?!—se quejó el viejito.

—¡Eres tan tonto, que tus células cerebrales están en la lista de especies en peligro de extinción!—le reclamó la anciana.

El abuelo estaba a punto de continuar con la pelea, sin embargo, la madre del joven lo interrumpió cuando tomó un paraguas. Jugo un poco con el entre sus manos mientras se acercaba aún con su delantal puesto. Tomo a su hijo de la mano y salieron de la casa para mayor privacidad.

—Está bien, ve con ella—le hablo la mujer sonriéndole, causando que el corazón del muchacho se contrajera—Pero al menos cúbrete de la lluvia, o tomarás un resfriado.

Los ojos del chico de pálida tez centellaron, los músculos de su mandíbula se tensaron. Acompañado de una sonrisa forzada, tomó la sombrilla.

—Hijo, lamentamos no poder hacer nada para ayudarte en esta situación, si yo pudiera...si tan solo yo...

🟣 Wishlist [MYG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora