5 Sueños

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El mismo Jack Sparrow estaba en frente de mí, mi héroe y el más grande pirata que he conocido, estaba hablándome y después de tanto lo tenía frente a mí y me estaba mirando, nisiquiera podía recordar qué era lo que me había dicho, mi mente quedó en blanco cuando lo ví, pude notar que era más alto de lo que pensaba, mí cabeza le llegaba al cuello y por lo tanto tenía que elevar mi vista para poder verlo a los ojos.

Me alegraba tanto haberle creído al hombre de aquella celda sino jamás me habría cruzado con él.

-¿Chico?- preguntó en vista de que no recibió ninguna respuesta de mi -¿Estás bien?-.

Parpadié un par de veces para regresar a la realidad y está vez enviarle una respuesta.

-Ah, si, si. Ammm.....gracias, ca-capitán- tartamudié patética, aún no podía creer lo que estaba ocurriendo.

-Jamás había visto a alguien tan jóven superar una altura como esa, felicidades- me felicitó dándome unas palmadas en el hombro, mi cuerpo se congeló una vez más.

-Supongo que se me dan los riesgos- alardié.

-¿Cuál es tu nombre?-.

-La...Laurence, Laurence Pryde- por poco y olvidaba mi nombre falso pero por suerte lo pude recordar en el último momento.

-Te diré Laurie- dijo sonriéndome. - ¿De dónde vienes?, no te había visto en mi barco-.

-Soy de Save Martin, arribé por error en su embarcación ahí-.

-¿Porqué arribaste a esta nave en primer lugar?-.

-Yo.....necesitaba transporte- dije con sinceridad.

-¿A dónde querías ir?-.

-Me bajaré en el primer puerto que toque este barco- dije consumida por los nervios -Sólo estoy de paso por aquí, si no es inconveniente, ¿Podría pasar la noche aquí?-.

-Ya me demostraste que nada te detiene, te ganaste un lugar aquí y una hamaca-.

Yo sonreí ante esa respuesta, mi respiración se aceleró de la emoción, Jack se alejó mientras yo lo seguía con la mirada sin contenerme.

-Es algo mayor para ti- me susurró Raguetti al oído, me sorprendí en el momento ya que no pude presentir su llegada.

-Yo...no lo veo de esa forma y lo sabes- respondí indignada.

-Qué interesante mentira y a la vez una patética actuación- dijo burlón, puse los ojos en blanco y me alejé.

Poco a poco el día se fué volando y oscureció, Raguetti me indicó dónde dormían todos llevándome a una planta de bajo de la cubierta, ahí habían miles y miles de hamacas con hombres mal acomodados durmiendo sobre ellas, habían un repugnante olor que hizo que mi nariz se arrugara, caminé hasta el fondo, buscando una hamaca disponible hasta que por fortuna pude encontrar una.

Había un par de hamacas que estaban acomodadas una encima de la otra, después del día que tuve opté por la hamaca que estaba más cerca del piso, Raguetti notó mi acción y soltó una carcajada.

-La valentía no te duró mucho, ¿Verdad?- se burló.

-Lo mismo que a ti te duró el orgullo, hace un rato me adorabas- dije con una sonrisa pícara.

-¿Y quién dijo que te adoro?, solo te tengo aprecio porque me darás mangos- dijo subiéndose a la hamaca de arriba.

-Tal vez cambie de opinión y revele mi identidad, así tu silencio será innecesario para mí-.

-No si yo la revelo primero a todos, incluso a tu adorado capitán Jack Sparrow- dijo riéndose de forma irritante.

Indignada levanté mis piernas y patié hacia arriba golpeando su espalda haciendo que la carcajada de Raguetti se detuviera del susto, ahora era yo la que estaba riéndose.

Piratas del Caribe (Maldiciones de Sangre).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora