3 Seleccionada

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Ayşe Hafsa Sultan

Me encontraba en mis aposentos pasando el rato con mi adorada hija Hatice cuando escucho unos golpes en la puerta.

-Debe ser daye, ¿madre para que la mandaste a llamar? 

- Hatice ya es hora de que tu hermano tenga más mujeres en su harem

Daye entro a mis aposentos haciendo una reverencia.

-Me mando a llamar sultana

-Así es Daye, quiero que me prepares las chicas mas hermosas para que vayan a manisa al harem de mi Şehzade.

-Claro que si mi sultana, justo hace unas semanas llegaron nuevas esclavas, todas muy educadas y hermosas.

- Tráeme 6 chicas, quiero verlas y asegurarme que no le vayan a causar problemas a mi león.

- Si mi sultana, me retiro 

Camila 

Nos encontrábamos regresando al harem después de nuestras clases cuando daye entro al harem.

-Formen rápido una fila, pero rápido que no tengo todo el tiempo del mundo

Empecé a formar fila cuando daye empezó a mirarnos, pasaba su mirada cuidadosamente en cada una, me preguntaba que hacia exactamente, acaso escogía criadas para la sultana Hatice  o era para llevarlas al harem del Şehzade suleiman .

-A las que llame den un paso al frente, Catalina, María,  Bianca,  Lucia, Ana y Camila.

Todas habían dado un paso adelante, menos yo, estaba sorprendida que me llamaran, éramos muchas chicas como para ser criadas de la sultana Hatice, así que lo mas probable era que nos mandarían al harem del Şehzade suleiman.

-Rápido muchachas síganme a los aposentos de la sultana Ayşe- grito Daye sacándome del trance en el que me encontraba.

- Sean educadas como les enseñaron y no hablen si no se les da el permiso. ¿entendieron?

-SI- dijimos todas a coro. 

Cuando llegamos a los aposentos de la sultana, todas hicimos una reverencia, la sultana nos inspeccionaba a todas y empezó a preguntar nuestros nombres, edades y de donde veníamos, hasta que llego mi turno.

-Me llamo Camila mi Sultana, tengo 12 años y provengo de Venecia. 

 -Eres muy hermosa a tan corta edad Camila.

- Gracias por el elogio mi sultana 

-Daye prepara a todas las chicas, quiero que mañana mismo partan a Manisa al harem de mi Şehzade 

- Si mi sultana 

 Todas nos retiramos de los aposentos de la sultana y regresamos al harem, las chicas estaban muy alegres, sonreían como si hubieran encontrado el mayor tesoro, yo me sentía fatal, mi oportunidad de escapar se me rompía a pedazos, era como si la vida me cacheteara una y otra vez diciéndome que nunca seria libre y que moriría dentro de esas paredes de ese palacio.

Lo único que podía hacer era  era resignarme a vivir ahí.

Cuando llegamos al Harem las chicas que fueron conmigo a los aposentos de la sultana empezaron a decir que seriamos enviadas al harem del  Şehzade Suleiman, había caras de alegría, envidia y no faltaban las que con la mirada intentaban matarte.

Procedí irme a un rincón del harem  y empezar a dibujar un paisaje, era la única forma que me mantenía relajada y de alguna manera me sentía libre de esa forma, era como si estuviera dentro de ese dibujo, admirando la belleza de los parajes y no en ese palacio en la que lo sentía frio y sin color.  

Había sido seleccionada para ir al harem del Şehzade Suleiman, la historia lo recordaba como un gran sultán pero no había sido  un buen hombre, tenia las manos manchadas de sangre de su hijo, era frio por dejar en el olvido a su favorita mahidevran que tantos años lo había acompañado y hacerla sufrir humillaciones. 

Enserio tenia que pasar mi vida con un hombre así, tendría que bajar la cabeza ante el y nunca reclamarle el porque la pasaba con diferentes mujeres, como mujer moderna se me hacia difícil concebir que a mi esposo lo tenga que compartir, pero no estaba en la edad moderna, además no me tendría que afectar que este con las demás mujeres  porque yo no lo amaba y dudaba mucho que algún día lo haga. 

Con todos esos pensamientos me fui a la cama a descansar, mañana temprano partíamos a Manisa. 

Al día siguiente nos despertaron muy temprano para partir a Manisa, íbamos en dos carruajes, tres chicas en cada carruaje, lamentablemente no me toco ir con catalina por lo que lo mejor que podía hacer era dormir. Al fin y alcabo nos habían levantado muy temprano.

 Al fin y alcabo nos habían levantado muy temprano

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Después de varios días  llegamos al palacio de manisa, en los últimos días que estábamos viajando me distraía mirando las paisajes y retratándolos en mi cuaderno de dibujo 

Cuando llegamos pude apreciar que el palacio que alguna ves visite cuando estaba en la época moderna, este seria mi hogar hasta que Suleiman  se convierta en sultán.  

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora