7 Suleiman

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Cuando llegamos a las puertas , los aghas que custodiaban abrieron las puertas, respire profundamente  e ingrese, los aghas inmediatamente cerraron las puertas a mis espaldas.

Me acerque a Suleiman, hice una reverencia , me arrodille bese su mano y lo puse en mi frente , procedí a besar el dobladillo de su túnica manteniendo siempre una mirada en el piso. Sentí el toque cálido de su mano en mi barbilla me hizo levantarme, recién ahí pude mirarle y lo primero que admire fue sus ojos azules, el me miraba inspeccionado desde mi cara hasta mi cuerpo yo hacia lo mismo, era un hombre de 20 años muy guapo, pero lo más llamativo eran sus ojos.

-¿Cual es tu nombre?

-Camila- respondí

El seguía acariciando mi cara  y observándome

- De donde eres Camila- me pregunto

- Soy de Venecia su alteza- le respondí de acuerdo a los recuerdos de este cuerpo.

Suleiman tomo mi rostro con sus dos manos y procedió a besarme, yo correspondí sus besos, me jalo de mi cintura apegándome más a su cuerpo, cada vez los besos eran más intensos, hasta que empecé a sentir un bulto a la altura de mi abdomen fue ahí que el me levanto y yo procedí a enrollar mis piernas alrededor de el, tenia que cooperar si quería que fuera placentero para los dos, de esta manera me llevo hasta la cama donde me dejo ahí.

Empezó a sacarme el vestido  y sus labios se dirigieron hacia mi cuello, luego empezó a besar y mordisquear mis senos.

-Tienes una piel muy suave y hermosa- me dijo y procedió a entretenerse en mis senos.

Pasamos toda la noche disfrutando del placer que nos proporcionábamos el uno al otro.

Desperté al día siguiente  con suleiman a mi lado, yo procedí a levantarme y acercarme al balcon que había,  quería aprovechar que estaba en sus aposentos para poder ver el amanecer, cosa que no podía hacer en el harem. Me apoye en el balcón y poder apreciar la hermosura del amanecer.

Sentía a Suleiman abrazarme por detrás.

- Es muy hermoso- me dijo

-Asi es muy hermoso su alteza 

Quería un momento a solas admirando el amanecer, pero no podía decirle que me deje sola, pensé que  por la noche de acción que tuvimos no se despertaría hasta mas tarde, era muy bueno en la cama, pero quien no si tiene todo un harem a su disposición.

- Cuéntame más de ti- me dijo Suleiman

- Soy de Venecia, tengo 14 años mi padre era un mercader  y mi madre una sanadora- le dije, en cierta parte no mentía mi papá era empresario en esta época seria un mercader y lo mismo con mi madre en que mi primera vida fue una doctora.

-Tienes algunos pasatiempos- me pregunto.

-Desde que llegue aquí solo puedo dibujar, pero cuando vivía en Venecia acompañaba a mi padre en sus diferentes viajes, me encantaba viajar y conocer nuevos lugares- Le dije, quería que al menos tuviera remordimiento que por estar ahí no podía hacer lo que me gustaba y que ya no era libre.

- Que lugares has conocido- me pregunto entusiasmado, ni cuenta se dio de mis palabras en doble sentido- Yo nunca he salido del imperio, solo conozco las provincias que hay.

-Conozco casi todo Europa su alteza, he conocido diferentes paises, todos con hermosos paisajes y las bonitas costumbres que tienen, sus hermosos bailes, eso era lo que mas me divertían los bailes de los diferentes pueblos que conocía.

Me había sumergido tanto en mis recuerdos y narrar todo lo que había vivido, que no me di cuenta que lo narraba de una forma alegre y sonriendo, hace tiempo que no sonreía de esa manera pero de alguna forma al contarle a Suleiman mis viajes me  hacia sentir feliz. 


Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora