El mal se paga con mal

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Sentir cómo la sangre
baila en mis labios
es el dolor
que tengo que pagar
con cada pelo caído.
La espada que atraviesa
mi cerebro
ya no hiere.
Sobre su hoja de acero se posan ideas
que luego se deslizan
como en una pista de patinaje
Se rompen en la cima de la bola de cristal,
tan pesada,
tan delicada de tratar.
Pensamientos que repiquetean
para que yo sepa que están ahí,
donde los abrazos se hacen presentes.

Lo que siento no se puede cambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora