En el cuadro se esconde
una linda y delicada niña.
Tiene el cabello negro
y unos ojos turbulentos que me penetran.
Miro sus manos
y noto que esconden alas
de mariposas.
El alma se me escapa del cuerpo
y mis ojos dejan de brillar.
Me alejo del cuadro,
con el corazón agitado, llegó a decir:
las alas tienen ojos.