Capitulo 4

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Cuando Antheia entró al claro acompañada de Cosner, los miembros de la manada no tardaron en saludarla muy amablemente

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Cuando Antheia entró al claro acompañada de Cosner, los miembros de la manada no tardaron en saludarla muy amablemente. Ella correspondió con una dulce sonrisa... Hasta que siguió avanzando.

Se quedó fija con los pies bien clavados en la tierra al ver a Matthew... Por la expresión que él había puesto, podía concluir que a ambos los habían engañado para que vinieran.

Cruzó los brazos sobre su pecho buscando después donde fijar la vista. Estaba dispuesta a irse, cuando Cosner la llamo en voz alta.

Mierda

Camino hacia ellos con la barbilla en alto y contoneándose como si fuera el ser más hermoso que había en el claro en ese momento.

Su teoría era que si actuaba segura cuando más insegura estaba... Podía hacerse pasar por una chica sumamente segura e insensible.

La manada entera tenía los ojos fijos en ellos, como si estuvieran esperando que ambos lanzaran chispas o empezaran a discutir y de la nada terminaran besándose... Si. Eso nunca pasaría.

Cosner le puso la mano en la espalda cuando se quedó lo más alejada posible de Matthew y con el descaro del mundo se atrevió a empujarla hacia él. Matthew se cruzó de brazos y la miró desde arriba. Ella ni siquiera se dignaría a darle ni una triste mirada.

- Liss quiere darle este regalo a su mate

Dijo Cosner entregándoles a los dos una cadena de oro blanco con el símbolo infinito como dije.

- Tú se lo pondrás al chico - le indicó a su primo - Y tú a Liss  - Antehia asintió sin ganas.

- Se que los dos van a querer matarme por esto - Los empujó a ambos por la espalda hasta que sus brazos se tocaron - Pero la manada quiere verlos juntos así que... Por lo menos esta noche, traten de no separarse.

Cuando Cosner se fue Antheia dio un pequeño paso a un lado para separar su piel de la del beta.

- ¿Como has estado? - Pregunto él de manera forzada, pero no grosero

- Bien. ¿Y tú?

Matthew hizo un gesto antes de responder

- No puedo quejarme.

- Que bien.

Ahora mantente callado el resto de la ceremonia

Así fue. Ninguno dijo nada, aun después de cumplir con los deseos de Liss, quien había resultado ser mate de Destan, uno de los mejores amigos del beta.

Después de ponerle el collar a la chica, Antehia le susurro

- Les deseo toda la felicidad que la luna destinó para ustedes

Liss sonrió con sinceridad y tomándola de las manos, mirando directamente a sus ojos, respondió

- Y nosotros a ustedes... La luna nos pone en el camino de nuestro verdadero amor - Antehia intento seguir sonriendo - Somos sus hijas y quiere que seamos muy amadas.

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