Capitulo 41

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No debería sorprenderle que Jude corriera tan rápido. Era ligero y correr por las mañanas era una de sus cosas favoritas... ¿Pero porque tenía tanta prisa esta vez?

Intento seguirle el paso, estuvo tentada a llamarlo... Pero... ¿y si se detenía y la hacía volver a su casa porque haría algo peligroso? No. Quería estar con él. Sin importar lo que fuera hacer, le revelaría su presencia hasta que no tuviera otra opción más que aceptar su compañía.

Conforme más avanzaban, más conocido le resultaba el paisaje... ¿Por qué Jude se detendría en medio del claro ceremonial, donde se unían las parejas elegidas por la luna?

Si hubiera estado más atenta... Se hubiera dado cuenta antes. La figura masculina frente a ella era más alta que Jude y más ancha también... La luz de la luna le reveló cada detalle qué pasó por alto. El hombre llevaba el gorro de la sudadera over sizes puesto, pero cuando se lo quito, pudo ver sin problema el cabello rubio de Matthew.

Retrocedió como si la hubieran golpeado, al mismo tiempo se llevó los dedos a los labios en un gesto sorprendido

- C... ¿Cómo es posible?... - susurro incrédula. No solo le jugó en contra la obscuridad, es que Matthew de verdad ¡olía como Jude!

Cuando se giró para encararla, en sus labios se dibujó una de sus presuntuosas sonrisas

- ¿Te gusta mi nuevo perfume Anne?

Negó incrédula e intento retroceder, pero justo ahí, impidiéndole el paso, estaban los amigos de Matthew. Zander en primer lugar. Antehia le dedicó una mirada cargada de decepción ¿no era ella también su amiga?

- Perdóname Anne - le dijo el chico y parecía que de verdad lo lamentaba, hasta que dijo: - Pero no puedes ir en contra de los deseos de la luna

Antehia señaló a Matthew con el dedo índice

- Me tomaste por la fuerza, me mordiste aún cuando te supliqué que no lo hicieras - se descubrió el cuello para que todos pudieran ver la verdad - Tú marca, no permanece en mi, nuestro lazo se rompió. - dicho esto se giró para hablar con el grupo que estaba presente para apoyarlo - No soy yo quien va en contra de los deseos de la luna.

- Todos sabemos - se defendió el rubio en voz alta - Que las marcas de un compañero pueden borrarse por distintas razones que no necesariamente están relacionadas con la luna. Una de las razones es la confusión o indecisión de la pareja. Anne, admito que te descuide bastante como compañero y fue en ese descuido que viste al extranjero como alguien en quien podías apoyarte. Ese beso que compartimos en tu habitación... - de repente ya no hablaba con ella, si no con todos los miembros que se habían reunido en el claro y comenzaban a salir de detrás de los árboles- Fue un beso consentido, deseado y disfrutado por los dos como pareja.

- ¿Por qué estoy aquí? - se atrevió a preguntar  en voz alta

- Estas donde debes estar - le dijo Matthew acercándose a ella y mostrándole una piedra blanca con un brillo particularmente hermoso

Antehia abrió mucho los ojos al reconocer lo que era

- Piedra de Luna... - musito

- La luna decidió que tú y yo fuéramos pareja. No puedo matar a Jude y tampoco puedo echarlo de Begonia... Pero puedo probarle a nuestra manada que eres mía

Levantó la piedra hacia la luna y un rayo la alcanzo casi de inmediato. Antehia negó febrilmente con la cabeza y cerró los ojos, rehusándose a ver cómo la luz se reflejaba sobre ella y sobre él, reafirmando los argumentos del rubio. Sin embargo... Esto no pasó. Los murmullos le dieron valor para abrir los ojos, Matthew seguía ahí con la mano levantada hacia el cielo, totalmente confundido sin saber porque la luz se mantenía en la piedra y rebotaba hacia Antehia sin reflejarse en él.

- La luna - exclamó Anne sin dejar de mirarlo - Me libero de ti, Matthew ¡¿Cuantas pruebas más necesitas para dejarme en paz?! Si pudo haber existido un nosotros... Lo matamos hace tiempo.

-ANNE

Justo en ese momento Jude entro corriendo al claro, listo para ponerla detrás de su espalda y derribar a Matthew... Pero no pudo llegar a ella. La luna lo detubo reflectando el mimo rayo qué la iluminaba sobre él... Ahora estaba claro. El astro lo había visto todo y ahora corregía su decisión.

Antehia y Jude eran ahora, frente a casí toda la manada oficialmente, compañeros.

Las miradas entre ambos iban del asombro a la incredulidad, pasando lentamente a la alegría.

Las miradas entre ambos iban del asombro a la incredulidad, pasando lentamente a la alegría

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