Capitulo 6

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Cambio impaciente el letrero de cerrado a abierto

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Cambio impaciente el letrero de cerrado a abierto. Vinhem la miro como si estuviera loca, no era para anda normal que su hermana estuviera tan feliz por madrugar. 

- ¿No es muy temprano para abrir?

- Tengo mucha energía hoy

Dijo mientras se ponía el delantal y se hacía una mini coleta. Su hermano la miro confundido mientras ella se acomodaba decididamente los pequeños mechones desordenados

- ¿Está todo bien? Normalmente tú no... te preocupas tanto por esos cabellos rebeldes

- Todo está bien - dijo con una sonrisa mientras se perdía en la cocina

Su hermano sonrío al mismo tiempo que se mordía el labio, imaginando lo que pudo haber pasado.

- Costner me contó que forzó una reunión con Matthew

- Agggh! Si, aun no lo perdono

Eso lo confundió un poco

- Entonces... ¿todo bien con Matthew?

- Si con bien te refieres a que decidimos no molestarnos el uno al otro, si. Todo bien.

Vin estaba hecho un lío... Pensó que su mate había logrado que su hermana por fin se reconciliara con su alma gemela... Pero parecía todo lo contrario y eso la ponía muy feliz...

Se encogió de hombros restándole importancia. Su hermana era feliz ¿a quien diablos le importaba por qué?

La campana de servicio se activó llamando la atención de ambos

- Buenos días a los dos seres más hermosos de este mundo... Hablo de ti y de mi  Ja!

Costner iba a besar a Vinhem... Cuando Antehia comenzó a tararear una canción bastante extraña 

- ¿ Y a esta que le pasa? - preguntó mientras la miraba de arriba a abajo con una ceja levantada.

Vinhem se encogió de hombros y ambos fruncieron el ceño cuando la vieron dar un giro completo como si fuera una cria soñadora

- Esta feliz

- ¿Por qué?

- No tengo idea. Pero pienso aprovecharme... Oye hermanita ¿puedo tomar un par de galletitas?...

- ¡No! - lo señaló con la batidora - Solo dos, ya lo sabes, una para ti y otra para Costner

- Ya se perdió el encanto - se burló el alfa

- Si, regresó el monstruo... - se estiro rápidamente para tomar todas las galletas de chocolate que le cupieron en las manos

Costner se apresuró a abrir la puerta para que su mate pudiera salirse con la suya

- ¡¡¡ Corre !!!

- ¡Oigan ustedes dos, patanes sin vergüenzas!

Antehia los persiguió hasta la salida con una espátula en la mano, iba a lanzárselas en la cabeza cuando algo la detuvo...

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