Capítulo 1

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Steve era un Omega.

En su juventud, había sido un lindo Omega de cabellos dorados como el sol y unos preciosos ojos carmesí como el rubí. ¿Qué más había podido desear? Todo el mundo parecía ir detrás de aquella belleza tan exótica que poseía.

Las delineadas y suaves curvas de su cuerpo, habían enloquecido a más de un Alfa.

—Pero, al parecer Doctor Erskine me quiso gastar una puta broma. —escupió Steve mientras golpeaba sin cesar un cuerpo desfallecido en el suelo—. ¡¿Por qué?! ¡El mundo estaba a mis pies! ¡Sino fuese por ese maldito suero..!

«Seguiría siendo tan lindo como para gustarle a él» pensó el Omega con rabia.

Al flexionar sus brazos, podía ver cómo la musculatura sobresalía y formaba los tan deseados "bíceps" que cualquier Alfa mataría por tener un cuerpo como el suyo. Sin embargo, Steve no estaba contento con ello.

Aunque, ahora podía golpear con más facilidad.

—S-sigue siendo tan guapo como antes, señor. —dijo uno de sus subordinados.

Steve giró el rostro ante sus palabras, con una sonrisa incrédula.

—¿Qué es lo que dijiste? —preguntó el Omega apretando los puños—. ¿Quién te dió el permiso para hablar?

—P-perdón, señor.

«Estas jodidamente muerto» pensó con un brillo alarmante en los ojos.







Había intentado emborracharse por milésima vez, no obstante Steve seguía tan sobrio como siempre. ¿Por qué siquiera acepto la oferta de la organización para obtener el suero?

Era bastante peligroso aún siendo un Omega delgado y delicado.

—¿A quién engaño? Si no fuera porque me volví un súper soldado, no podría ni haber soñado con ser el líder de Hydra. —balbuceó desanimado, mientras caminaba por las calles concurridas.

«¿Ahora que voy a hacer? ¿Tendré que secuestrarlo?» pensó el Omega al no sentirse capaz de enamorarlo con sus cualidades físicas.

—Patético. —dijo en voz alta, negando con la cabeza.

No obstante, al instante sintió una figura golpear contra su hombro. ¿Qué rayos? La mayoría de Alfa se alejaban de su camino al verlo tan intimidante. ¿Quién era el loco bastardo que no temía a la muerte?

—Oye, tú... —se limito a decir, guardando todos los insultos en su cabeza.

«No estoy de ánimos para seguir golpeando a la gente» pensó, levantando la mirada para ver a la persona desconocida que se había detenido.

—Perdona, primor. —dijo una voz seductora, mientras se quitaba los lentes—. No pude verte, estaba escapando de una horda de paparazzi.

Steve abrió los ojos, un poco sorprendido.

—Tony Stark. —dijo sin poder evitarlo.

El mencionado lo miro alzando una ceja y asintió.

—Rayos, también me reconociste. —respondió encogiendose los hombros con diversión—. No es fácil vivir siendo un famoso héroe y Vengador, ¿no lo crees?

—¿Qué haces aquí? —preguntó Steve sin pensar.

«Pensé que estarías dando una fiesta en la Torre Stark. La mayoría del tiempo te estoy vigilando» se dijo confundido. ¿Habían desarmado sus cámaras ocultas? ¿O se habían malogrado?

El Omega se molestó por su incompetencia. ¿Cómo no podía hacerle un debido seguimiento a la persona por la cual estaba obsesionada?

—En realidad, eso debería preguntarte yo a ti. ¿Qué haces aquí? —cuestionó el Alfa de brazos cruzados, recorriendo con la mirada a su figura—. ¿Qué hace un Omega tan lindo como tú, solo a estas horas de la noche?

Steve miro a todos lados, confundido.

—¿Quién? 

Tony Stark se rió de manera encantadora y después lo observó con ternura.

—Estoy hablando de ti. —señaló con coquetería—. No he visto a otro Omega de cabellera rubia y ojos carmesí. ¿Acaso, tú si? —susurró acercándose al contrario—. Eres jodidamente sexy, ¿trabajas como modelo?

Steve arrugó el rostro ante sus palabras. Era inaudito lo que escuchaba.

—¿Eres tímido? Que lindo. —continuó Tony sin dejar de observarlo, maravillado—. Que combinación tan fascinante.

El Omega reprimió la risa que brotaba de su garganta por la inaudita coincidencia de encontrarlo por tales calles. ¿Tony Stark estaba intentando coquetear con él?

No iba a desaprovechar la maldita oportunidad.

—G-gracias. ¿Estás libre está noche..? —preguntó Steve con una falsa inocencia.

El Alfa sonrió en grande y asintió. Aquel Omega sería su más memorable aventura o eso es lo que creía.

¿Hydra está enamorado...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora