Capítulo 8

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Anthony delineó con sus manos la figura del Omega.

Entre sus brazos, el soldado parecía encajar perfectamente con el Alfa. Sus cuerpos parecían chocar en pequeños roces que hacía aumentar el deseo entre los dos.

—Steve... —susurró Tony separándose del beso para enterrar su nariz en el cuello del contrario —. Extrañe tanto tu arom-... —cortó el Alfa olfateando con detenimiento y sintiendo sus músculos tensarse—. ¿De quién es este aroma?

El Omega parpadeó unos segundos.

—¡¿De quién es ese aroma?! —volvió a preguntar el Alfa ahora con molestia.

Steve lo miró como si se hubiera vuelto loco, sin embargo recordó un pequeño detalle.

—Bucky. —soltó sin pensar, escondiendo sus manos que seguramente estarían manchadas de sangre.

«Tuvimos una pelea antes de venir aquí» pensó el Omega suspirando. Aunque, había sido más un recordatorio para el Alfa de que no vuelva a omitir información. Obviamente, no había sido su única sanción. En ese preciso instante, el Soldado del invierno debería estar en la habitación de electrochoque.

Steve sonrió de lado, divertido. Se lo merecía.

—¿Acabas de... sonreír? —preguntó el Alfa indignado—. ¿Me estás diciendo que hueles al maldito Soldado del Invierno y te divierte? ¡¿Acaso, estás saliendo con él?!

El Omega hizo una mueca de asco.

Bucky era lo más parecido a un Doberman entrenado y extremadamente fiel a su amo. En este caso, Hydra era su único dueño y el soldado haría lo que sea necesario para mantener inquebrantable a la organización. Aún si se metía en problemas con el propio Líder.

«Ese bastardo todavía cuestiona mis decisiones» pensó apretando los puños.

—Si no me respondes es... porque es verdad. —concluyó Tony con mirada herida—. Al fin y al cabo, eres el maldito Capitán Hydra y él tu mano derecha.

—¿Qué tanta mierda estás diciendo? —preguntó Steve irritado—. ¿Por qué no simplemente follamos y ya?

El Alfa negó con la cabeza, alejándose.

—¿Te vas a poner en ese plan? —preguntó el Omega alzando una ceja—. Según recuerdo el imbécil que beso con una mujer en mi cara, no fui yo.

Anthony abrió la boca para hablar, no obstante no pudo decir nada. Había cometido un error y lo sabía.

—No pongas esa cara de arrepentido. —dijo Steve apretando la mandíbula.

«Pensé que ya no volvería a tener este sentimiento» se dijo el Omega sintiendo una punzada en el corazón. Había creído que había eliminado toda clase de sentimientos innecesarios.

No podía permitirse sentir emociones por Tony Stark.

—Solo eres un capricho mío. —dijo Steve en voz alta para creerse sus palabras—. Así como yo fui tu pareja por la calentura del momento.

—¡Deja de decir estupideces! —exclamó el Alfa avanzando a zancadas—. ¿Te crees un maldito juez para determinar como son las cosas, eh? ¿Qué pasaría si no es así, Hydra? —preguntó con los ojos llenos de ira—. ¿Qué pasaría si me he enamorado de ti y tú-...

Anthony abrió los ojos al sentir una mano asfixiar su garganta.

—Ni una palabra más. —cortó Steve lentamente—. Es momento de dejar el juego de fingir estar enamorados. —dijo soltando su agarre—. Somos enemigos, no lo olvides.

El genio tosió con dificultad, sin embargo no se dejó intimidar.

—El Capitán Hydra que conozco, me hubiese matado si así lo quisiera. —dijo Tony abriendo los brazos—. Te he dado muchas oportunidades, Steve. —pausó para acercarse y tocar levemente la mejilla del contrario—. No te mientas, no me quieres hacer daño. Soy tu Alfa y tú eres mi Omega.

El mencionado cerró los ojos con fuerza y se alejó rápidamente. ¿Qué rayos le sucedía? Estaba temblando por un simple toque.

—La... la próxima vez que te vea. —dijo Steve yendo hacia la puerta—. Seremos solo dos rivales dispuestos a matarse. Tenlo en cuenta.

Tony apretó sus puños y asintió. Al parecer, no podían cambiar sus vidas por el simple hecho de haber desarrollado un sentimiento mutuo.

¿Hydra está enamorado...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora