Capítulo 12

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Steve había estado esperando pacientemente a que el Alfa se durmiera.

—Por fin, bastardo. —susurró levantándose con cuidado de la cama. Se sentía agotado.

Habían sido unos días extraños desde que conoció a Tony Stark y se convirtió en su pareja.

Ya no era el líder de Hydra.

Fue traicionado por su organización debido a la incertidumbre que sentían al enterarse de que era el Omega del famoso Iron Man. Además, su plan de atacar a SHIELD nunca había sido llevado a cabo. ¿Acaso, su capricho había llegado demasiado lejos? ¿O sus sentimientos hacia Tony eran más profundos de los que creía..?

Steve volteó a mirar al Alfa que dormía plácidamente a su lado.

—No lo veo tan claro. —confesó en voz alta, tocando los cabellos del genio con suavidad.

Habían pasado el Rut de Anthony, juntos.

Sentía las mordidas en su cuello, frescas y dolorosas. El Alfa no se había contenido en marcarlo cuántas veces había deseado, cegado por su sentido territorial y posesividad. Aunque, lo más preocupante era que Steve lo había permitido.

«¿Qué mierda estoy haciendo?» pensó el Omega, apretando los puños.

No debía de suceder de esa manera.

Steve se levantó con cuidado de la recámara y cogió las prendas que estaban tiradas por el suelo. Debía de volver a su realidad donde tomaría venganza contra los nuevos líderes de Hydra y volvería a tomar el mando.

A las finales, siempre sería el Capitán Hydra. Lo quiera o no, esa era su identidad.





El Omega agradecía que Tony siendo influenciado por sus sentimientos, le había dado el acceso a su IA.

«Te pediría perdón, pero confiaste en Hydra» pensó encogiendose los hombros.

—Jarvis, quita el acceso de seguridad de esta habitación. —pidió Steve acomodándose la gorra. Estaba en las instalaciones de SHIELD de manera encubierta.

«Sí, señor» contestó la IA por el auricular.

El soldado pudo observar como la puerta era abierta y dejaba ver a un Alfa esposado e inmóvil dentro de la habitación.

—Es una lástima que sigas vivo. —dijo Steve con una sonrisa de lado.

El soldado del Invierno levantó la cabeza y asintió como si lo hubiera estado esperando.

Después de que Bucky haya pedido ayuda al Complejo para buscar a Steve, los Vengadores lo habían encarcelado en un lugar con máxima seguridad hasta que decidieran que debían de hacer con él.

—Tony peleó con todos sus compañeros para que ser tu cuidador y al final, lo terminaste traicionando y escapando, mi Capitán. —dijo Bucky en tono de burla, viendo como el Omega hacia una mueca mientras lo ayudaba a soltarse—. Aunque, si cumplió su objetivo. —añadió observando el cuello rojizo del Omega con múltiples mordidas.

—Cállate y vámonos.

El azabache sonrió de manera seca y asintió.

—¿A dónde iremos? Por un momento, pensé que no sería tomado en cuenta en tu plan. —dijo Bucky estirando sus músculos—. ¿Ya soy digno de su confianza, mi Capitán?

Steve rodó los ojos y omitió el hecho que nunca pensó que Barnes se pondría de su lado si un conflicto dentro de la Organización llegaba a suceder.

—¿Te gustan los lugares fríos? Iremos a una base abandonada en Siberia. —contestó el Omega saliendo de la habitación y caminando por los pasillos con sigilo.

Bucky lo miró por un instante y asintió.

—Así que quieres esconderte. —dijo, siguiendo su paso—. Y no precisamente de Hydra.

Steve paró su caminata y apretó los puños.

Sabía que no era la estrategia más inteligente que había tenido. Sin embargo, si se mantenía cerca de Tony Stark como lo estaba haciendo, no estaba seguro de seguir siendo capaz de ignorar aquellos sentimientos.

Un revoltijo en su estómago, lo hizo suspirar.

«Odio el suero de supersoldado en mis venas» pensó tocándose el abdomen.

—Vámonos de una vez, Bucky.

¿Hydra está enamorado...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora