Capítulo 10

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Anthony iba y venía con pasos apresurados, adentro del Quinjet que sobrevolaba por los cielos.

—¿Por qué no puedo ir primero? —preguntó el Alfa alterado—. Se necesita verificar antes el lugar, ¿no creen? No me demoraría ni un minuto con mi traje y además, podría ver si no es una trampa o-...

—Cálmate, Stark. —cortó Natasha sentada en uno de los asientos.

Los demás Vengadores miraron con confusión al genio. Hace solo unos minutos se habían enterado de la verdadera identidad de Hydra y además de que era un Omega y la pareja de Tony Stark.

—Ya vamos a llegar. —anunció la Agente Hill por los comunicadores—. Prepárense para atacar si es necesario.

El genio soltó un gruñido involuntario.

—Si es una trampa, solo no lo toquen. —pidió Tony mirando hacia los demás con advertencia—. Yo me encargaré de él.

Los presentes asintieron y escucharon un leve jadeo provenir de uno de los asientos. Habían traído al Soldado del Invierno como medida de prevención para vigilar si se levantaba, ya que los Vengadores eran los únicos que podrían detenerlo.

—No... es una trampa. —balbuceó Bucky con esfuerzo—. Hydra lo ataca.

—¿Qué? ¿Ataca a quién? —preguntó Tony volviendo a alterarse—. ¿A Steve? ¡Es ridículo, es su líder!

El azabache frunció en seño con dolor en forma afirmativa.

—Bucky. —mencionó la espía levantándose y dándole unos calmantes en la boca—. Es tan impropio de ti haber hecho esto. ¿Por qué? —preguntó por un instante suavizando su expresión al verlo—. ¿Por qué te expones de esta manera para ayudar a ese Omega?

El soldado volteó a mirarla. En su rostro parecía que tampoco encontraba la respuesta a ello, por primera vez en su vida no estaba al lado de la Organización.

—¿Bucky? ¿Tú lo conoces? —indagó Tony receloso.

Natasha abrió la boca sin saber que decir. Sin embargo, unos ruidos de explosiones llamaron la atención de todo el equipo.

—¡Voy a bajar! ¡No me importa si me siguen o no! —exclamó Tony abriendo la compuerta.

La pelirroja volteó a darle una última mirada al soldado y negó con la cabeza. Ambos eran Alfas, no debía preocuparse por él.



[...]

Steve rodó hacía un lado y corrió hacia adelante. Se escuchaba el sonido de las balas chocar inútilmente contra su pecho.

—Ridículamente idiotas... ustedes mismos me crearon un traje a prueba de balas. —gruñó el Omega sin dejar de avanzar, a pesar del dolor que sentía por el impacto.

Había estado luchando solo por horas, no obstante la ira que contenía dentro de su pecho no le permitía retroceder. Bucky era el único que se había retirado del ataque, al menos le había facilitado la situación de no querer luchar con él.

—¡Soy su maldito Líder! —exclamó Steve cogiendo un pedazo de metal y apuntando hacia la pequeña barricada que habían formado sus propios subordinados—. ¿Quién los entrenó? ¿Esos bastardos que ahora quieren mi cargo? ¡¿Quién mierda los entrenó?! —escupió con la voz llena de rabia.

«He estado siendo tan compasivo con ustedes» pensó, cerrando los ojos al sentir una bala rozar su mejilla.

El sonido de su sangre al gotear, desató aquella esencia del porqué se había convertido en el Capitán Hydra.

—Malditos bastardos malagradecidos. —susurró tirando el metal y sacando un arma de su cadera—. Si no seré el líder de la Organización es porque no va a quedar nadie que liderar. ¿Entendieron? —dijo con una sonrisa sádica.

Después de ese instante, la vista de Steve se tiñó de rojo. Justamente como el color de sus ojos, como la sangre que se esparcía en el suelo y también como el traje de su persona favorita.

Por eso, amaba el rojo.

[..]



Cuando los Vengadores llegaron al lugar, las explosiones habían cesado y solo se podía escuchar los golpes interminables de la única persona que estaba en pie.

—¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! —chilló Steve con una sonrisa enloquecida, mientras golpeaba con esmero un cuerpo inmóvil en el suelo—. ¡Nos veremos en el infierno y te seguiré golpeando! ¿Oíste, maldito?

Thor junto a Clint retrocedieron de la impresión.

—¿Están seguros que él necesitaba ayuda? —preguntó el Dios del Trueno.

Anthony no dijo ninguna palabra y avanzo hacia el Omega.

El antiguo Capitán Hydra llevaba el traje hecho jirones y con quemaduras en ciertas partes desnudas del cuerpo. Su cabello parecía teñido de rojo por la sangre que brotaba de algún herida o quizás de las personas que había asesinado.

A pesar, de que seguía golpeando a los soldados que se arrastraban inútilmente queriendo huir. Steve Rogers, tenía los nudillos al rojo vivo y su rostro era un poema de múltiples heridas de metralla por las balas que había estado esquivando o simplemente chocaron contra él.

Era un supersoldado. No obstante, en esos momentos parecía casi inhumano.

—Steve. —llamó Tony con un hilo de voz. A sus ojos el Omega parecía un ángel con el solo hecho de estar vivo.

El mencionado paró sus movimientos y levantó lentamente la mirada.

—Mierda. Voy a tener pesadillas. —no pudo evitar decir el arquero ante la escena.

—Steve. —volvió a llamar Tony quitándose el casco y corriendo hacia él—. ¿Qué te hicieron? ¿Estás bien?

El Omega parpadeó, sin apartar la vista del castaño.

—Stark. —dijo sorprendido, sintiendo por un segundo un poco de tranquilidad al verlo—. Mi Alfa. —balbuceó con una sonrisa antes de colapsar en sus brazos.

Su cuerpo se derrumbó como si hubiese estado esperando el momento exacto para poder descansar.



¿Hydra está enamorado...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora