Capítulo 4

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Steve quería aparentar que no estaba lo suficientemente feliz como para saltar de un lado para otro.

Había entrado al Complejo, la mismísima base central de SHIELD y nadie lo había atacado. No habían aparecido un sinfín de agentes en contra de él, ni siquiera había sonado una alarma de peligro. La seguridad era tan pobre que le habían creído el cuento de qué había perdido sus credenciales y ni siquiera lo habían registrado.

«Son tan descuidados» pensó el Omega sonriente.

Los pasillos se veían simples y bien iluminados. Las puertas estaban entreabiertas dejando ver su interior con facilidad.

Steve de reojo pudo observar una habitación con paredes cristalinas que mostraban paneles de control y computadoras funcionando. Era una tecnología de alta calidad, así que al parecer SHIELD e Industrias Stark estaban trabajando de la mano.

—Fascinante. —no pudo evitar decir con una sonrisa.

—¿Impresionado? —preguntó el Alfa a su lado, cogiéndolo de la mano—. No dejes que esa chatarra te vaya a intimidar. ¿Sí? Vamos a la enfermería.

Steve volteó a verlo y asintió.

«Todo es gracias a ti, Tony»
pensó Hydra limpiándose una lágrima imaginaria. Estaba a punto de cumplir el sueño de destruir la organización que tanto lo había estado molestando.






Al anochecer, Anthony miraba fijamente al Omega que se mostraba incómodo.

«No debí traerlo aquí» pensó el Alfa negando con la cabeza. Después de haber visitado la enfermería y confirmar que no tenía ningún golpe o traumatismo, Tony lo había invitado cordialmente a cenar junto a los Vengadores.

Un grave error.

—¿Deseas un poco más de bebida, lindo Omega? —preguntó servicial el Dios del Trueno, mientras servía un poco de licor en un copa.

—Para que preguntas si igual me ibas a dar. —respondió Steve con una sonrisa que no llego a sus ojos.

—Uh, tiene carácter. —añadió Clint divertido de brazos cruzados—. Me gusta tu actitud, chico.

Steve estaba a punto de responder, cuando una pelirroja intervino.

—Deja tus intentos baratos de coqueteo, Barton. —amenazó Natasha con un tenedor—. Steve es la pareja de tu compañero, por el amor de dios.

El mencionado se removió de su asiento con timidez.

—En realidad, todavía no estamos en una relación oficialmente. —dijo el Omega un poco apenado.

—¡¿En serio?! ¿Entonces, estás soltero?

—¡Thor! —exclamó la Alfa pelirroja.

—¿Qué? No ha dicho nada de malo, yo también tengo curiosidad si se encuentra solo y-...

—¡¿Tu también, Clint?! —chilló Nat rodando los ojos—. Cálmense un poco, ¿si? Es verdad que el Omega Rogers es bastante atractivo y muy atrayente para nosotros, pero-

Tony golpeó la mesa, callando las palabras de sus compañeros. Había llegado al límite de su tolerancia. A veces, olvidaba que estaba rodeado de Alfas llenos de testosterona y fijaciones hacia los Omegas fuertes.

Exactamente como Steve Rogers.

—Tiene mi marca en su cuello, idiotas. ¿Entendieron? —exclamó el Alfa irritado—. Dejen de molestar a mi Omega, maldita sea.

Los presentes asintieron avergonzados y Steve lo observó fascinado.

"Mi Omega"

Despúés de aquello, la cena transcurrió con tranquilidad y el Omega pensó que lo peor había terminado. No obstante, luego de aceptar la tentadora propuesta de dormir junto al Alfa. Steve se acomodó con incomodidad entre las sabanas. Su instinto lo mantenía alerta.

Volteó a ver el rostro del Alfa dormido que se encontraba al costado suyo.

—Fue agotador... Pero valió la pena. —dijo en voz alta, tocando suavemente la mejilla del castaño. ¿Desde cuándo se había fijado en él? Ya no lograba recordarlo.

No obstante, el sentimiento era tan fuerte que fue capaz de soportar los odiosos comentarios de los Vengadores y sonreír la mayoría del tiempo, sin matar a nadie. 

—Capitán. —dijo una voz entre las sombras de la habitación.

Steve alejó su mano del Alfa y se levantó en posición de ataque al reconocer la inconfundible voz del segundo al mando en la Organización.

—¿Qué haces aquí? —ladró sin una pizca de la bonita voz que había usado toda la tarde—. Habla de una vez, Bucky.

La persona desconocida salió entre las sombras, dejando ver su metálico brazo brillando ante la noche y su rostro oculto entre su cabellera marrón.

—He venido en busca de mi líder. —respondió el soldado sin dejar de observarlo—. Intentar jugar a la casita, no va contigo. ¿Qué planeas?

Steve apretó los puños y contuvo las ganas de golpear a su subordinado. ¿Qué se había creído al cuestionarlo? Estaba aprovechando que Tony estaba durmiendo a su lado y no podía hacer suficiente ruido como para romperle el cuello.

—Maldito bastardo. —susurró el Omega saliendo de la recámara y acercándose de manera amenazante hacia Bucky—. ¿Sabes que te mataré cuando salgamos de aquí, no?

—Sí, vámonos de una vez..

Steve rodó los ojos y estaba a punto de salir junto al soldado, cuando sintió el sonido de un propulsor activarse.

—Si piensas que vas a poder llevártelo de nuevo, estás muy equivocado. —habló Tony saliendo de la cama con un guante de su traje en la mano—. Deja a mi Omega ahora mismo, soldado del invierno.

"Mi Omega" repitió Steve encantado.

No obstante, antes de volver con su Alfa sintió una mirada tornarse oscura al lado suyo. Bucky Barnes parecía tener ganas de cometer un asesinato.




¿Hydra está enamorado...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora