Capítulo 56

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Cuando terminó, apagó el teléfono y lo arrojó sobre la cama, lista para regresar con sus invitados. Tan pronto como se levantó de la cama, se detuvo y, luchando en vano contra la curiosidad y la desesperación, volvió a agarrar el teléfono y abrió el chat de Randall.

"Anna, por favor, respóndeme. No puede seguir así. Necesito hablar contigo."

"Tienes que alejarte de Teo. Él no es quien crees que es."

"Anna, por favor escríbeme. Me estoy volviendo loco de preocupación. Tu eres preciosa. Tengo un lío en mi cabeza en este momento."

"Anna, tenemos que vernos."

"¡Cómo te atreves, Anna!"

"Todo está arruinado. Solo tengo una fuga de cerebros. no puedo hacer nada yo no vivo No como, no salgo. ¡Anna, responde!"

"Necesito verte y discutir algo."

" Anna, por favor, hermosa, nos vemos."

"Anna, nunca dejaré de escribir, solo cuando mi corazón se detenga. Pero incluso entonces, te apareceré en un sueño hasta que te vuelva loca."

Ella exhaló pesadamente y le contestó.

"Pensaré en algo."

El ruido de la fiesta llenó el salón. Se desconectó, borró todo el historial, las llamadas y la correspondencia abierta, luego fue al espejo y miró su reflejo. Su alma entera anhelaba ver a Randall. ¿Y si quería decirle que la amaba y lamentaba lo sucedido? Tenía que averiguarlo a toda costa.

Desde el salón llegó el sonido de la guitarra. Teo estaba cantando una canción, y había muchas voces femeninas admiradas. Compartió sus gemidos porque el talento de Teo era indudable. Salió al pasillo y lo descubrió tocando "I Will Follow You Into The Dark," {Death Cab for Cutie, nota del autor} rodeado de unas cuantas chicas claramente enamoradas. Las damas mantuvieron sus ojos en él y parecían esforzarse por sentarse lo más cerca posible. Había tanta gente en el salón que Anna no pudo evitar tambalearse cuando vio la multitud.

"Él es chevere, ¿no?" Ri le susurró al oído.

Anna movió con la cabeza positivamente.

"¿Llegó Leticia?"

Ricardo sonrió.

"¿Donde esta ella? ¿Donde? ¡Introducenos!" Anna aplaudió.

La condujo a través de una pared de carne casi impenetrable hasta la cocina, donde una chica encantadora y regordeta estaba radiante. Ella era hermosa. Su inmaculado vestido blanco acentuaba su figura, su cabello rizado hasta los hombros brillaba intensamente a la luz del candelabro y un collar de cuentas complementaba su ya elegante imagen.

Anna corrió hacia ella con un abrazo.

"¡Por fin! ¡Ayyy!" ella exclamo. "¡Mi salvación ha venido de la compañía de estos hombres sencillos!"

Leticia se rió y le aseguró que la vida de Anna estaba salvada a partir de ese momento. Teo terminó la canción en el salón y se ganó una gran ovación y aplausos. Las chicas gimieron y pidieron un bis. La multitud volvió a hablar en voz alta, sonar vasos con alcohol y discutir cosas triviales.

No Renunciar Al Amor Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora