Juana y Diane con precaución llegaron a una esquina escondida, donde se podía apreciar donde estaba su coche estacionado, lo que vieron las dejo sorprendidas y pálidas.
—¿Pero que a pasado?—pregunto Juana mirando lo que quedaba del coche, ya que estaba hecho pedazos como la mayoría de alrededor.
—Mi obra de arte en proceso.—dijo Diane triste con una puchero.
Alrededor de esos coches o mejor dicho lo que quedaban de ellos, habían un montón de zombies rodeando el area. Se quedaron mirando el panorama como casi quince minutos sin moverse, cuando estaban apunto de irse, se empezaron a escuchar disparos constantes.
—¿Una ametralladora?—pregunto en un susurro Diane, mientras veían como los zombies que estaban enfrente de ellas empezaban a caer por los impactos de las balas en ellos.
—Woow impresionante, como caen.—dijo asombrada Juana, mientras la atención de Diane no estaba en los zombies sino investigar de donde vienen los disparos.
—Juana deja la lanza y agarra una de tus Glock.—dijo Diane mientras dejaba la suya y posicionaba su carabina para el ataque.
—Pero no se como se utiliza.—le dijo Juana mientras le hacia caso y dejaba la lanza en el suelo.
—No tiene seguro, solo apunta y aprieta el gatillo.—le dijo Diane mientras le ayudaba a ponerse bien el arma en la mano.—Pones la mano totalmente recta antes de disparar y no cierres lo ojos mientras disparas.—le dijo explicándole por encima.—Ahora sígueme.—dijo con la carabina en las manos moviéndose por detrás de un edificio.
Giraron en una esquina, Diane disparo en la cabeza de cinco zombies que estaban enfrente de una puerta, entraron al edificio, subieron rápidamente las escaleras, salió de una de las puertas un zombie cosa que reacciono antes Juana disparándole pero le disparo en el pecho cosa que el zombie ni se imutó y siguió avanzando, al ruido del disparo hizo que Diane se girara y le disparara directamente en la cabeza.
—Que buena puntería.—dijo Juana con la voz agitada de subir escaleras.
—Cosas del oficio.—dijo contestándole mientras volvía a subir las escaleras.
—Dirás ex oficio.—dijo sonriendo Juana mientras la seguía por detrás.
—Pues eso.—dijo mientras aceleraba el paso.
—¿Por qué hay tantas malditas escaleras?—pregunto exasperada Juana cuando iban por el piso numero ocho.
Cuando llegaron a la puerta de la terraza, antes de entrar Juana bebió agua como si no hubiera un mañana de lo cansada que estaba por otra parte Diane bebió tranquilamente mientras miraba la puerta de reojo.
—¿Preparada?—pregunto Diane posicionándose en modo de ataque con la carabina delante de la puerta.
—Si.—le contesto detrás con ella, con el arma bien puesta en sus manos pero apuntando al suelo.
Cuando le respondió Diane no tardo nada en darle una patada a la puerta, haciendo que esta se abriera de par en par.
Detrás de la puerta se encontraron con cinco soldados, dos de ellos mujeres, que al escuchar el ruido escandaloso de la puerta al abrirse se giraron con sus armas apuntando para ellas.
—¿Quiénes sois?—pregunto una soldado.
—Eso os venimos a preguntar nosotras.—le contesto Diane.—¿Habéis sido los causante de la destrucción de los vehículos de hay abajo?—pregunto seria mientras los apuntaba.
—Y si emos sido nosotros, ¿que?—le contesto uno de malas ganas.
—Pues podía haber alguien hay.—dijo Juana contestándole.
—Lo miramos antes de hacerlo.—dijo la otra soldado.
—Destruisteis nuestro coche.—dijo Diane furiosa, haciendo que Juana la mirase de reojo.
—Eso es imposible, los coches normales no funcionan.—dijo el mismo soldado que antes.
—Yo lo arregle para que funcionara, habéis destruido mi obra de arte en proceso.—le contesto esta furiosa apretando mas fuerte su arma apuntando al soldado en la cabeza.
—Diane.—dijo en un murmuro Juana pero no la escuchaba.
Al escuchar esto los soldados se miraron y asintieron, seguidamente bajaron las armas.
—No lo sabíamos discúlpanos.—dijo otro soldado mirando a Diane como el resto.
—Pensáis que con vuestras disculpas, volverá nuestro coche pues no es a sin.—dijo con furia en cada palabra.
—No, pero donde nos estamos quedado hay una zona con coches y restos de materiales de estos, puedes utilizarlos si quieres.—le dijo la misma soldado que hablo al principio, intentando convencer a Diane para que no los matara.
Al escuchar esto Diane volvió en si y miro de reojo a Juana, la cual mira expectante a lo que aria ella.
—Iremos a donde estáis asentados pero solo nos quedaremos hasta que tengamos un coche funcional.—dijo Diane bajando el arma, haciendo sonreís algunos soldados.
Los soldados recogieron todos sus materiales que tenían en el suelo y pasaron por delante de ellas. Cuando paso el último soldados ellas lo siguieron por detrás.
—No creo que sea buena idea.—dijo en un susurro Juana para Diane que estaba delante de ella.
—Pero es la opción de conseguir transporte mas rápido.—le contesto con el mismo tono.—No te preocupes todo ira muy bien.—le dijo seguidamente sin cambiar el tono de voz.
Los iban siguiendo por las calles, no se paraban ni a descansar y eso que los soldados tenían que llevar un peso abismal.
—Te has dado cuenta que todo el camino que llevamos no emos ido en transporte.—dijo en un susurro Juana al lado de Diane.
—Que no te preocupes mujer.—le contesto esta.
—Disculpen, ¿no vamos en vehículo?—pregunto en voz medianamente alta Juana a los soldados, haciendo que estos la miraran de reojo.
—Si pero venimos sin el.—dijo uno sin mirarla a la cara, haciendo que Juana tragara en seco por el mal presentimiento que tenia de eso.
Después de eso hubo silencio en todo el trayecto, lo único que a veces se escuchaba era el disparo de alguna arma que era cuando tenían que matar algún zombie.
—Que no me preocupe dijiste.—dijo con ironía Juana mirando donde se quedaban asentados los soldados, después de decir eso paso por delante de Diane dándole un pequeño golpe de hombro contra hombro, ya que ella se quedo como estatua mirando el sitio sorprendida.
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Prioridad: ¡SOBREVIVIR! [✔]
Fiksi RemajaDos mejores amigas de 28 y 29 años de edad, que vivían juntas en un pequeño departamento. Un día que las dos tenían vacaciones se fueron a pasar el día en la naturaleza pero ellas no pensaron que ese día iba a empezar la peor pesadilla de la humani...