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⠀ en un mundo donde a la gente le gusta pasar los fines de semana emborrachándose y teniendo sexo; unos jóvenes deciden olvidarse de todas sus preocupaciones y ser quienes son, sólo por una noche.
y había un lugar donde podías hacer precisamente e...
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los dos se sentaron en el salón, en un rincón separado que estaba completamente cubierto con un sofá tipo colchón. dos cócteles negros estaban sobre la pequeña mesa de pie, así como un tazón de... uvas.
estaba oscuro.
minho miró fascinado al rubio, quien se relajó contra el respaldo y con gracia dobló las piernas para sentarse en su dirección.
minho se había deslizado más o menos intencionalmente lo más cerca posible del otro. podría ser por el aroma embriagador o cuán fuerte estaba siendo atraído hacia él.
-minho-, espetó de repente. -me llamo minho.
una suave sonrisa se extendió por los labios del otro.
-que hermoso nombre...
la voz del rubio era suave pero tenía un poco de aspereza. no era profundo, ni demasiado alto. simplemente perfecto si le preguntas a minho.
el rubio llevó su mano a la mejilla de minho y le acarició el pómulo con el pulgar.
-soy hyunjin.
-hyunjin... -minho repitió el nombre en voz baja; estaba rodando de su lengua como miel. inconscientemente, se apoyó más en su mano, su mente en el nombre que en cualquier otra parte.
-me gusta cuando dices mi nombre. -los ojos de minho volvieron a mirarlo de inmediato. -eres lindo... minho.
esas pocas palabras trajeron al joven del cielo.
-tú eres mucho más bonito... -murmuró en voz baja, estudiando el rostro del otro. notó el pequeño lunar debajo de su ojo.
-un amigo mío siempre pone una piedra brillante allí porque cree que se ve bien-, dijo. con cuidado, llevó su dedo a dicho lugar y golpeó ligeramente contra el lunar. la sonrisa de hyunjin creció. -¿son las piedras más bonitas? -minho negó rápidamente con la cabeza. una risa suave escapó del otro; pura música para sus oídos.
los dos retiraron sus manos, aunque minho colocó la suya sin saberlo en su regazo.
hyunjin pasó sus largos dedos por su cabello-: no hay necesidad de estar nervioso-, susurró. luego se inclinó hacia adelante, tirando de la mesita al otro al lado de él. -aquí. -se volvió hacia Minho, una uva morada. entre sus dedos. minho frunció el ceño. -confía en mí. -no pudo resistir la calidez de su voz y abrió la boca.
la uva se colocó en su lengua y lentamente mordió la fruta, el jugo llenó su boca con un inesperado sabor agrio. juntó las cejas y se sacudió ligeramente.
hyunjin se rió de nuevo-: ¿no sabe bien? -minho asintió mientras tragaba. -toma, es mejor así-. y le entregó su cóctel.
Los dos bebieron en un silencio semi-cómodo.
excepto por el boom todavía presente de la música y las ganas de tirarse en los brazos del rubio y dejar que lo abrace, la mente de minho estaba en un espacio.
