Capítulo 7

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No tenia sentido, el mismo busco la repuesta que estaba buscando, sabia que leer el informe del incendio en su casa lo podría llevar a un derrumbe que juraba que estaba preparado, pero no era así. Es como si volviera al primer día, el dolor volvía con más fuerza y la soledad lo golpeaba con brutalidad.

Su andar por la calle era lento, sin sentido, yendo de un lado al otro como un vagabundo, prestando en absoluto alguna atención a la sombra que lo seguía, la cual ya conocía su rostro y voz, pero que en ese momento le dejó de importar.

De nuevo nada importaba.

Subir las escaleras hacías su departamento fue pesado, cada movimiento se sentía obligado, al llegar a su piso se dirigió a la puerta que le correspondía. Escuchando una voz de fondo en el momento que entro.

– ¡Hey! – Exclamó Taehyung detrás de él, pero fue totalmente ignorado, había notado como el caminar de Jungkook era totalmente superficial y que no prestará atención alguna, se lo confirmaba.

Por otro lado, el chico de cabello azabache recorría la sala dejando su teléfono en una de las mesita, con una gran cantidad de llamadas perdidas de parte de sus colegas. Miró a su alrededor sintiendo que todo era monotonía, los colores en el lugar eran tan grises y azules que le asustaba, Jungkook sentía miedo, de acostumbrase a esa soledad que lo rodeaba, a tener siempre aquellos colores y a la interrogativa si así sería el resto de su vida, por que lo estaba comenzando a odiar, así como odiarse así mismo por no haber estado con su familia.

Llegó a su habitación y sin darse cuenta estaba abriendo la llave de la bañera, observando como el agua caí a una misma velocidad y recorría el resto del fondo de la bañera hasta llegar al lugar donde se comenzaba acumular, observó atento como se comenzaba a llenar hasta resbalar de la cerámica.

¿Cuánto más debía aguantar? Sumergió la primera pierna dentro de la bañera hasta mojarse su pantalón por la rodilla. ¿Cuánto más dolor debía sentir? Ambas piernas estaban dentro, sentándose con lentitud hasta sentir su pecho y espalda rodearse de agua ¿Cuánta soledad más? El agua llegaba a hasta su cuello, no sabía si el agua lo estaba congelando o lo estaba hirviendo. No sentía ninguna de las temperaturas, su cuerpo no parecía suyo.

Sabia que en algún momento durante el día pensó que podía continuar como si nada, cuando de nuevo se volvía a hundir, de nuevo caía en un abismo sin saber en que momento había saltado.

¿Alguien lo salvaría? Esperaba que no, que nadie fuera a su rescate, ya había dado lo mejor de si, estaba cansado de estar en ese lugar que lo obligaba a seguir su vida como si nada, que lo obligaba a sonreír y continuar solo porque era joven. Él logro lo que pudo, fue el mejor de su clase, le dio un titulo a su madre, honores a su lugar de su trabajo, dio todo de sí por ser un buen hermano, un buen amigo y compañero. Llevó el funeral de su familia como una persona adulta, él pudo con todo, pero el mundo no pudo con él, de haberlo hecho no lo habrían dejado solo. No conociera el dolor.

Solo era un chico, un niño, un humano cansado.

Fue cuestión de segundo en lo que su cabeza fue resbalando por la cerámica hasta que sus labios sintieron el liquido, hasta que por su nariz ya no entraba aire si no agua, hasta que sus oídos se taparon y dejaron de transmitir sonido alguno.

Hasta que todo fue silencio y solo en ese momento sintió la paz que había estado aclamando, en ese momento en el que sus pulmones dolían pero su corazón dejaba de doler. Estaba bien, tenia miedo pero podía sentir como su cuerpo flotaba sin dejarle importar.

Aún si, en el último segundo, lo pensó.

Por favor, alguien que me salve, en realidad no quiero morir así. Solo deseo que alguien, quien sea me salve y se quede a mi lado. No quiero estar solo en este abrumador silencio, el mundo es muy grande para mi.

Miénteme. KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora