Capítulo 16

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Temblando, amarrado a una camilla en una habitación fría, oscura, sin vida. Él no tenia vida, él necesitaba morir y lo sabia pero ahí se encontraba con vida sin huir de los monstruos de su mente, se llevan bien como para dejarlos ir. En su mente maquinaba tantas escenas, tantas mentiras que cualquier mortal podría caer en la locura con solo observar. Transmitía un aura negra, delatando una tristeza que no era real, porque nada era real. Ni siquiera sus propios pensamientos.

– No tienes que fingir conmigo – Dijo con la voz temblorosa, los electrochoques se volvían más fuertes al pasar el tiempo. La persona delante de él le observo ofreciéndole una sonrisa

– Contigo no tengo que fingir, tu tampoco deberías – Paso una mano por la mejilla del castaño eliminando una lagrima, una de dolor solamente físico. – ¿Qué se siente? - preguntó con sarcasmo la otra persona.

– Igual que tu – Respondió el castaño dejando ver una sonrisa tétrica aquella que solo una persona como él podría dar.

– Pequeño, lo haces bien. Solo te pediré un favor – Habló la otra persona desconectando los cables conectados al chico – Juega un poco más...– los parpados fueron cerrándose poco a poco debido al cansancio – Juega...llevártelo...y corre Taehyung - Fue lo último que escuchó antes de dejarse consumir por la oscuridad, pero en su sueños nunca había paz, sus demonios empezaban a jugar. Y esta vez deseaban jugar en otra mente conocida.





Jungkook caminaba por el primer piso de psiquiátrico, él lo sabia, sabia que su Hyung se estaba convirtiendo en un veneno, una droga que lo llamaba cada vez más y no podía detenerse ante su llamado. Solo se dejaba llevar. Era su magia.

Fue sacado de sus pensamientos cuando una mano agarro la suya, tan frágil y fría, haciendo que volteara de una vez, se trataba de aquel chico con el que chocó la vez pasada. Y ahora sabia quien era, Park Jimin. Su vestimenta era la misma de esa vez solo que las bolsas debajo de sus ojos eran más notorias.

– Vete.. – susurro el de manos pequeñas – No vuelvas...– Dijo con un tono desesperado y sus labios temblando.

– ¿Qué? ¿De qué hablas? – El mayor negó con la cabeza, empezaba sudar y sus mando a temblar, el pánico venia por él. Su mente empezaba a distorsionarse por los recuerdos dejándolo en una etapa que no sabia de lo que era real y lo que no.

– Vete..Jungkook..corre – Le dijo a la nada, aunque delante de él se encontraba Jungkook, ya Jimin se había perdido en su mente y solo una mano lo sacaría de ahí. Tenia tanto que no hablaba con otra persona que no fuera Yoongi, sobretodo le era difícil hablar con el chico delante de él y aunque su mente lo bloqueara y su corazón le doliera por estar atrapado en aquella mentira, él tenia que advertirle evitar ese dolor en su menor.

Jungkook se mostró sorprendido por escuchar su nombre en esos labios – ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Escapar de qué? – Sus preguntas no fueron respondidas por la interrupción de la llegada del Doctor Min que miraba preocupado a Jimin, Yoongi  lo tomo de la cara y unió sus frentes mientras susurraba cosas solo audibles para Jimin. 

No entendía lo que sucedía, ni el por qué Jimin sabia su nombre, tenia varias preguntas pero notó que por el momento, no serían contestadas.

Jungkook dio unos pasos atrás y decidió seguir su camino con el paso rápido, para llega a su destino, a su invierno.

– ¿Tae? – Dijo al entrar a la habitación y ver al mayor sobre el colchón durmiendo, se acerco lentamente y noto los puntos rojos marcados a los lados de su cabeza y debajo el traje del castaño dejando ver su pecho donde se encontraban más de esos chupones, claramente de electrochoques. 

Taehyung sufría en ese encierro y sabia que no lo merecía. Ó al menos así lo quiso pensar.

– Yo no se si esto es correcto, no se que camino estoy tomando, pero has llenado mi vida en muy corto tiempo y simplemente ya no me veo sin ti. Yo...yo voy a sacarte de este lugar Taehyung – dijo en susurro al pegar su frente a la del mayor para luego depositar un beso en sus labios partidos.

No era rápido, no se estaba apresurando, ni sintiendo lo que no debía. Solamente era increíble como una persona sola, sin amor, sin amor hacía si mismo y sobre todo perdiendo la razón y la moral, podía enamorarse de otro ser que solo prometía más sufrimiento. 

Miénteme. KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora