Capítulo 37

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Él no había conocido el dolor hasta ese momento, cuando lo separaron de la persona que amaba. Siempre pensó que si permanecía a su lado todo iba a estar bien, iba a ser correcto pero no fue así. Se dio cuenta muy tarde del dolor que le causaba a Jimin, de su propia autodestrucción. Creía que era amor verdadero, no un amor obsesivo. Y ahora pagaba el precio de su error.

En la esquina de su habitación blanca y fría se encontraba sentado con la piernas pegadas al pecho. Observaba a la luna que se asomaba por la ventana siendo esta su única luz en la habitación. La luna le recordaba a su hermoso Jimin que iluminaba hasta el lugar más oscuro de su alma, recordaba su hermosa sonrisa y pequeños ojos, pero fue inevitable no recordar también sus lagrimas, el sonido de sus sollozos.

Una lagrima tras otra empezaron a caer, el dolor en su pecho incremento. – Lo siento... – le susurró a la nada pero siendo dirigido a la imagen de su pequeño que se reproducía en su mente. – Jimin... – empezó a sollozar de manera escandalosa colocando su mano sobre su pecho donde se encontraba su corazón y volviéndola puño agarrando la tela.

– ¡Lo siento cariño! ¡Te amo! – su cuerpo cayo de lado sobre el piso – ¡Sálvame mi niño y arranca este dolor de mi! – su cara ya empapada no dejaba de soltar lagrimas como un río, sus gritos se escuchaban en todo el pasillo, llenando de tristeza el lugar – perdóname... –

"Hyung no me olvide, llegare de nuevo a usted" 

– ¡Jimin! ¡Lleven me con él! – su sonrisa, sus labios, sus ojos, nariz, sus pequeñas manos, su hermosa voz. Se reproducían una y otra vez torturándolo como un hermoso castigo en su mente.

¿Y si se busca a alguien más? 

¿Y si alguien más le ofrece un amor sincero?

¿Si me olvida? 

Cualquiera es mejor que yo.

Pero es mío, solamente mío.

"Te amo Yoongi"

– ¡Jimin! ¡Mi amor! ¡Jimin! – su vista estaba borrosa por las lagrimas, ¿por qué nadie le dijo que sufriría de esa manera? pero no importaba, por su niño cualquier dolor era insignificante, incluso el de su ausencia.

Gritaba una y otra vez el nombre del menor, suplicaba perdón a la oscuridad. Los enfermeros entraron a su habitación encontrándolo tendido en el piso, uno de ellos llevaba una jeringa para calmarlo así que entre dos hombres sostuvieron el cuerpo del pálido mientras este peleaba para que lo soltaran y alegando que tenia que ir con su pequeño.

– Lleven me con él ¿Mi Jimin esta bien? – le hablo a la enfermera cuando ya el calmante hacia efecto – Tráelo...por favor... – la enfermera lo observo con lastima mientras lo acostaban en su cama.

– Él lo esta haciendo bien, así que hágalo usted también – Yoongi la observo con sus ojos ya hinchados. – cierra los ojos e iras con él – le sonrió para tranquilizarlo, Yoongi le devolvió la sonrisa pero esta contenía esperanza

– ¿En serio crees usted eso? – le preguntó a la joven, ella asintió, así que sin esperar más cerro sus ojos y se sumergió en un sueño profundo esperando ser recibido por su niño.





– Jimin...¿cómo estas? – Hoseok se encontraba sentado delante de Jimin en la cafetería del psiquiátrico – si no me quieres responder est...–

– Estoy bien – interrumpió el menor, Hoseok lo observo con afecto, esperando a que siguiera – fue difícil... lo es aún ...– susurró recordando las veces que lloro en su habitación conteniendo sus sollozos – Pero me siento bien, la separación fue difícil pero marco para mi, no, para nosotros un nuevo inicio, empezar desde cero así que lo estoy tomando bien, he mejorado según lo que me han dicho los doctores, según ellos mi estado había mejorado hacia tiempo pero me negaba a verlo...nos negábamos a verlo – suspiró y aparto la mirada, era difícil, si, pero veía el final de túnel muy cerca, todo empezaba aclarar aunque seguía habiendo un vació en él, en su corazón, en su alma, a su cuerpo le faltaba calor. Y todo solo una persona se lo podía dar.

– Entiendo, es bueno saber que has superado – Hoseok tendió su mano sobre la mesa y agarró la mano de Jimin regalando le una hermosa sonrisa – Saldrás pronto, quizás en unos meses ya veras – Jimin asintió devolviendo le la sonrisa.

– Gracias Hoseokie – Jimin mordió su labio inferior y volvió apartar la mirada para preguntar una última cosa.

– ¿Sabes algo de...Yoongi? – Desde que se separaron hace un año no había preguntado por el mayor, al principio sentía la necesidad de hacerlo con cualquier oportunidad pero le aterrorizaba que la respuesta lo hiciera retroceder en sus avances, así que después de tanto se arriesgo, se sentía lo suficientemente fuerte para soportar la respuesta. Hoseok se separo de él y lo observo meditando si era buena idea decirle como seguía su ahora amigo, después de lo sucedido Hoseok era el único que visitaba al pálido así que una nueva amistad se empezó a formar, al principio tuvo miedo de que sus antiguos sentimientos volvieran a la superficie pero eso no sucedió.

– Jimin... no se si sea buena idea y no se si me es permitido – cuando Jimin iba a reprochar le interrumpido – pero, no creo que traiga problemas – hizo una pausa, suspiro una vez más y continuo.

– No te voy a engañar, su recuperación ha sido muy difícil, los primeros meses fueron una pesadilla para él, varias veces no me dejaron verlo y cuando lo lograba llegaba a mi rogando que lo sacara...que te llevara con él... me contaba sus noches eternas, sus tristezas y frustraciones, había muerto en vida sin ti – algunas lagrimas escaparon de los ojos de Jimin, escuchar lo que había ocurrido con el ser que amaba, el mismo que lo llevo al desastre, le lastimaba sobremanera pero hizo lo posible por no demostrarlo – Tampoco te voy a mentir con que saldrá pronto, no lo hará, pasaran un largo tiempo. Cuando salgas deberías empezar desde cero, sin él, intentarlo de nuevo –

Jimin coloco sus manos sobre su cara tapando aquella lagrimas que no podía retener ¿Seguir sin él? ¿Sin su Yoongi? ¿Cómo? quizás Jimin aparentaba que estaba listo para continuar una vida lejos del pálido pero eso no era verdad y él lo sabia, si no era Yoongi nadie entraría de nuevo en su corazón, nadie perforaría su alma como solo él lo había hecho. Saco las lagrimas de sus mejillas y respiro tres veces para calmarse y volver a mirar al mayor. Hoseok había hecho tantas cosas por ellos dos que estaría toda su vida agradecido con él y le faltaría, sin él, quizás Yoongi y él siguieran viviendo en un encierro de sus almas. 

– ¿Estas bien? – preguntó, el menor asintió. Otro suspiró salió de sus labios.

– Lo estoy, gracias por decirme la verdad hyung, Ya me tengo que retirar – se levantó y se acerco a darle un abrazo al que le respondió, regalándole un beso sobre su coronilla.

Miénteme. KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora