Capítulo 28

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Dos horas en auto hacia un destino en el medio de la nada, un lugar hermoso según Jungkook, un lugar rodeado de arboles era su destino.

Taehyung se había quedado dormido pero gracias a una frenada que tuvo que hacer Jungkook por culpa de otro conductor, lo hizo despertar. Jungkook miro de reojo a su mayor viendo como este miraba fijamente el camino con una mirada seria. - ¿Estas bien? - preguntó a lo que Taehyung volteo para verlo y asentir.

Después de otro rato Jungkook aparco el auto y salió de el junto a un bolso donde llevaba la ropa necesaria y otras cosa de uso personal tanto para él como para su amado. Vio como Taehyung salió también y se coloco a su lado. - ¿Un bosque? ¿Vamos a ser hombres lobos? - dijo con ironía a lo que Jungkook rió y negó.

- Nuestra casa queda adentro - Indicó, Taehyung lo observo como si estuviera loco, pero una idea llego a él haciéndolo reír con malicia.

- ¿Le temes a los bosques? - preguntó el castaño, Jungkook negó con la cabeza y vio al mayor caminar hacia la entrada del bosque donde se encontraba el inicio del camino, se acerco hasta él y lo vio reír.

- ¿Vamos? - habló esta vez Jungkook, Taehyung asintió y empezaron adentrarse al bosque que lo recibía con un helado viento y la oscuridad entre sus arboles.

- Solo son diez minutos hasta la casa - avisó.

- ¿Es grande? - preguntó el castaño.

- Lo veras cuando lleguemos - conseguir aquella casa no fue difícil, fue de sus abuelos y esto la dejaron a nombre de su madre, así que por obvias razones pasaron a su nombre. Pero él no tuvo conocimiento hasta unos días después de incorporarse a trabajar.

- Mientras este contigo estará bien - afirmó el mayor. Luego de eso un silencio se instalo entre ellos, solo escuchaban sus pasos y el viento rozando los arboles además del sonido de algunos insectos como el de un grillo. Decidieron no encender la luz de algún teléfono ya que, con la luz de la luna era suficiente.

- ¿Quieres jugar conejito? - la voz de Taehyung sonó más gruesa de lo que era y como un susurro en su oído, Jungkook giro hacia la dirección para encontrar que estaba solo. Solo.

- ¿Taehyung? esto no es divertido ¿Dónde estas? - preguntó con la voz temblorosa, la verdad no le gustaba nada como lo había llamado. Una risa se escucho entre los arboles, alarmándolo y haciéndolo dar media vuelta y mirar a todos lados. - No, no quiero jugar. Sal Taehyung - no le parecía nada divertido lo que quería hacer y después de todo no fue buena idea escoger ese lugar.

- Te ayudo a recordar, amor - se escucho detrás de él así que volteo pero no había nadie, un frío recorrió su espalda y su corazón empezó a latir con rapidez, retrocedió un poco y sin darse cuenta de las ramas detrás de él, tropezó y cayo sobre su espalda al suelo.

- Recuerda - volvió a decir. Jungkook miro a todos lados, un bosque , como no cayó en cuenta. Su manos dolían contra la tierra con piedras y su cabeza empezó a doler también.

Que lindo niño.

¿Quién de ustedes será el primero?

¿Qué tenemos aquí?

Esto te pasa por gritar que lo dejara a él.

Griten lo que quiera aquí nadie los escuchara.

El tacto en su cuerpo se empezó a sentir tan real, al igual que los susurros de aquel hombre y sus gemidos. Empezó a recordar el dolor y los llantos de otro niño. Jimin. Empezó a sentir la risa del hombre sobre su oído y sentir sus besos sobre su piel. Gritó, en el medio del bosque gritó como aquella vez y lagrimas empezaron a caer de sus ojos como cuando abres una llave, quizás fue porque su mente se abrió llenándolo de todos los recuerdos de esa vez de la manera más abrupta.

Recordó a Jimin y Taehyung jugando con él frente a su casa, recordó donde estudiaron y los días juntos. Recordó los experimentos, el dolor de las inyecciones, la sala blanca con equipos, personas de blanco y luces cegándolo. Recordó la mirada de Taehyung sobre él, y en especial la de ese día en el bosque. Y es lo último que ve antes de que volviera a caer a la realidad donde sus gritos y llantos siguen saliendo.

- Corre, corre - alentó esa voz, Jungkook se paro como pudo y al estar de pié trato de correr pero volvió a tropezar con sus pies pero si rendirse coloco sus manos sobre la tierra y se volvió a levantar para correr una vez más, corrió cinco minutos más entre tropezones y raspándose un poco las rodillas y las manos, cuando al fin diviso la casa respiró de nuevo y corrió más, a medidas que se acercaba al lugar diviso una figura oculta por la oscuridad, sus paso frenaron un poco pero cuando reconoció aquel cuerpo volvió a aumentar la velocidad para así encontrarse con su oscuridad en un fuerte abrazo.

Jungkook no le temía a la oscuridad, porque aprendió amarla y es que de eso se trata amar, amar cada parte de aquella persona, las buena y las malas. Tal vez estaba mal, él hacer eso pero era inevitable, si Taehyung no podía ser su ángel de alas blancas entonces seria su ángel de alas negras.

En ese momento en el que la luz acepto a la oscuridad y se unieron para hacer un hermoso eclipse, haciendo envidiar a la luna y el sol porque ellos si se podían unir.

Su eclipse llego al clímax cuando su labios se unieron en un beso, un beso pecador como todos los que se han dado, un beso prohibido.

Miénteme. KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora