Miénteme. KookV

Capítulo 8

Muerte, sangre, horror.

Eran las palabras que se le venían a la mente a Jungkook al ver esa escena delante de sus ojos. ¿Cómo debería describirla? Tal vez empezando por las tres sillas en el centro de la sala, cada una con un hombre. Sangre, cubría toda el lugar, charcos de ese liquido carmesí se encontraba alrededor y sobre los tres hombre que yacían muertos, los observo de arriba a abajo, no tenían ojos, solo cuencas vacías, las demás expresiones de su rostro denominaban el pánico. Y grandes como pequeños cortes por todos sus cuerpos que estaban completamente desnudos. Jungkook camino solo unos pasos más para acercarse a uno de los hombres, para divisar que su miembro reproductor no estaba. El olor putrefacto se olía por todo el lugar, dándole un poco de nauseases, evitó concentrarse en el olor para no terminar vomitando.

– ¿Qué mierda es todo esto? – El susurro de Jungkook que era más para si mismo, rompió el silencio en el lugar. Nadie a su alrededor emitía sonido, todos observaban estupefactos la escena, incluso los que iban llegando.

– Revisemos el lugar con cuidado de no dañar la escena del crimen – Todos empezaron a movilizarse de un lugar al otro, Jungkook evito mirar demás los cuerpos, concentrándose en revisar los alrededores, notando algo que no había visto cuando llego por el impacto de los cuerpos. Una gran "V" se encontraba en la pared detrás de los hombres, escrita con sangre, seguramente de los hombres.

Siguió caminando mirando el panorama del lugar hasta que se encontró con una puerta que no había sido notada por nadie al parecer. Jungkook miró atrás para ver a su jefe, viendo como estaba un poco alejado hablando por teléfono, peleando con quien sea que este del otro lado. Quizás avisarle sería un desperdicio, seguramente no abría nada interesante y lo haría perder el tiempo.

Jungkook volvió a mirar la puerta decidido, pero por seguridad saco su arma que siempre mantenía consigo, sosteniéndola con una mano y con la otra tomo el pomo de la puerta, por un lado deseaba que no hubiera nada interesante, pero su lado competitivo rogaba a que si lo hubiera para luego alardear. Dejo salir un suspiro antes de girar el pomo y abrir, empujando la puerta y con un movimiento rápido se posiciono delante de la entrada apuntando hacia adentro.

Un chico.

Jungkook se encontró con un chico de espaldas, el cual fue girando para quedar de frente, mirándose el uno al otro. La sensación de la noche anterior regreso a él, ese escalofrió que erizaba su piel.

La sensación de estar delante de alguien conocido.

El arma de Jungkook tembló en su mano en el momento en que apunto hacia delante y sus ojos se encontraron. Su boca se sentía reseca y ya no eran solos sus manos las que temblaban ante la otra presencia.

– Jungkookie – Pronuncio lentamente el peliazul. Pero Jungkook no encontraba su voz ¿Cómo hacerlo? Hace unos minutos había rogado al universo que le devolviera a ese chico, estaba anhelando tanto aquella magia que le contó, rogó por él. Y ahora estaba delante de él en el peor de los escenarios. Su vista inevitablemente viajo por todo el cuerpo del chico, lucia más formal de todas las veces que le vio, contando el hecho de siempre andaba bien vestido. Era como un chico que iba a una sección de fotos, con pantalones oscuros que llegaban a su cintura, donde se encontraban con una camisa blanca y encima un saco color marrón caqui que llegaba hasta más debajo de sus rodillas. Era elegante, pero su elegancia era interrumpida al percatarse de la sangre sobre sus prendas y en sus manos, hasta gotear de sus dedos. Era aquel color carmín lo que inevitablemente resaltaba más para él.

El brillo en sus ojos era diferente, un sentimiento de fascinación, repulsión y asco, lo abarco con fuerza, al mismo tiempo que la tristeza y confusión. Aquel chico no podía ser el chico que interrumpió de imprevisto su vida, no podía ser el chico que beso con tanta desesperación, ni el que le salvó de caer en el peor abismo. La muerte.