Epílogo

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10 años después.

Gabbe Ross.

Después de diez años me sentía listo, más listo de lo que había estado en mucho tiempo. April es la mujer de mi vida, de eso no he tenido dudas en ningún momento, pero ella siempre es la que ha construido muros muy altos y corazas muy fuertes, no lo hace con intención, pero lo hace.

Habíamos hablado sobre el matrimonio, creo que tenía miedo al compromiso, a pesar de todo el tiempo que tenemos juntos, de compartir un apartamento y de haber terminado de criar a "Señor tigre", el gato que era de mi madre y vivió con nosotros como si fuera nuestro hijo hasta que ya no pudo seguir con vida.

Nunca había tenido problemas con respecto a su renuencia hacia el matrimonio porque "estábamos jóvenes" pero a los treinta todo cambia, ya no somos niños y creo que estamos listos para dar el siguiente paso.

Mi carrera musical había llegado a la cúspide, tuvimos muchos problemas por ello y la vida de un "Rock Star" no es tan fácil como aparenta ser. Tuve que elegir y dejar ir demasiadas cosas, tuve que cambiar otras y aunque casi nos separamos para siempre... Nuestro amor perduró.

Tuvimos momentos malos, otros peores y unos tan buenos que hacen que los malos se opaquen, y ahora estoy aquí, terminando de planear el momento más importante de mi vida, porque si, este es el más importante. La fama, el dinero y mi carrera musical llegará a su fin en cualquier momento, pero lo que siento por ella no se aminora, en cambio, crece hasta hacerme sentir lleno y en casa.

Los últimos detalles de la cena que Kerana me había ayudado a organizar estaban casi listos, la mejor amiga de ella estaba allí, colocando los cubiertos mientras yo ensayaba nuevamente mi discurso romántico y cursi que había escrito y memorizado al pie de la letra.

La hora de la cita llegó y Kerana me dejó a solas esperándola, me había decidido por usar un traje gris, y guarde el anillo en su cajita en el saco,  no soy una persona creativa para estas cosas y hacerlo en frente de muchas personas me parece muy mala idea, quiero que diga que si por qué me ama y no por la presión social.

La puerta de la habitación que alquilé para nosotros en un hotel lujoso sonó e hizo que perdiera los nervios, mis manos temblaban cuando me pare en frente de la puerta, intenté calmarlas pero no tuve opción más que abrir la puerta, su mirada recorrió mi rostro en cuanto abrí la puerta.

—Estas hermosa —susurre con nerviosismo e intenté que ella no lo notara.

La cena no era tan diferente a las cita que solemos tener, me gusta que tengamos momentos a solas, que nos conozcamos cada vez, porque tengo la creencia de que las personas cambian cada día y es hermoso enamorarme de cada versión y cada expresión nueva que consigo en ella.

Su sonrisa también flaqueaba de a momentos, ambos estábamos nerviosos. Llevaba un vestido precioso que resaltaba cada parte de su cuerpo que amo y su cabello lila estaba recogido en una coleta que me dejaba ver mejor su hermoso rostro.

—Gracias —Me sonrió y la hice pasar.

Recorrió con la mirada toda la habitación y me pareció notar sorpresa en sus ojos, era obvio que algo más sucedía, no era una cita normal y ella lo noto, pero pareció optar por no decir nada.

—¿Cuál es la ocasión especial? —preguntó mientras la ayudaba a sentarse en la silla—. ¿Es nuestro aniversario y lo olvidé?

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