Capítulo 13

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Somos divididos como es de costumbre, chicos y chicas lejos cada uno en las habitaciones, es decir, sólo chicas en una habitación, un grupo de cuatro.
Gracias a Dios somos Kerana, Lunna y yo  juntas, la cuarta chica llega media hora después de que estamos instaladas.

—¡Hola, hola! —Camille entra por la puerta de la habitación haciendo que haga un bufido, desde que sé que inventó lo de Cam me molesta su presencia.

Ella me sonríe, con esa expresión de burla que la caracteriza ahora cuando me ve ¿Qué le pasa a esta chica?

Ninguna de mis amigas la saluda más allá de un simple hola.
Como llegamos a las diez de la noche todos nos acostamos a dormir. Incluyendo a la ruidosa Camille, ¿Les comenté que su voz es algo chillona y cuando se rie hace como cerdo? Pues ahora les cuento, Camille es una chica muy guapa de aspecto, rubia, ojos azules, pestañas largas y pechos grandes, el prototipo perfecto de chica, pero cuando habla todo se va al caño, ¿Sabes ese tipo de personas que cuando hablan sientes que te sangran los oídos? Quizás antes no lo había querido notar porque realmente quería darle una oportunidad, pero ahora solo quiero que salga de mi vista.

Pasada la media noche siento un pequeño ruido, asi que abro los ojos y en la penumbra de la habitación observó como Camille se escurre por la puerta, una risita de hombre me hace notar que no está perdiendo el tiempo, pero ¿Quien soy yo para juzgar? Luego de despertarme me cuesta volver a dormir, pero de igual manera terminó descansando.
Como el señor Colleman advirtió  a las ocho de la mañana un toquido nos despertó a todas, a todas excepto a Camille que gruñe y sigue durmiendo.

Las chicas y yo nos arreglamos para empezar el día, primero tomaremos un desayuno con el grupo en el restaurant del hotel y luego iremos en un bus que nos dará el primer tour por los primero dos museos, luego almorzaremos e iremos al teatro a ver una obra de teatro que duraría aproximadamente dos horas. Sip, la institución tiene todo planeado.

Así que salimos por la puerta de la habitación a empezar el día, sin Camille que se quedó dormida. Al llegar al restaurant me sorprendo al no encontrar a Cam, con desilusión me siento junto a Kerana, Lunna y Gabbe, este último me sonríe mientras me sirve un vaso de jugo.

—Para la chica más hermosa que veré hoy. —lo observó achicando los ojos.

—¿Qué quieres?

—¿Me puedo comer tu pudin?—hace un mohín.

—¡Ya te comiste el tuyo! —Golpeo su hombro pero me río y le entregó el pudin, parece un niño.

—Gracias. —me besa la mejilla—. Eres la mejor.

Justo en ese momento llega Cam y gruñe un saludo a Gabbe, el aludido se levanta y le da su asiento al recién llegado que a diferencia de mi amigo me estampa un beso en la boca.
No es como el primer beso, este es fiero y como yo lo veo marcando territorio.

Al separarse me sonríe y una ráfaga de perfume llega a mi nariz, un perfume fuerte que caracteriza al chico con el que salgo, cítrico y mentolado.

—Hola, Cariño. —Me saluda.

No sé en que momento entramos en el campo de apodos y besos tan apasionados pero se siente bien, me siento... Querida.

Terminamos de desayunar y al levantarnos él me toma de la mano.

—Preparate para escuchar todo este tiempo mis ideas sobre lo que veremos. —Me acaricia el rostro—. Ah, claro, también quiero escuchar las tuyas.

Sonrió complacida mientras caminamos tomados de la mano, realmente empiezo a sentirme como si caminará en las nubes, el sentimiento es agradable y tibio en mi pecho. El viaje en bus es corto ya que es una distancia corta del hotel al Museo.

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