Jungkook miraba a SeokJin asar la carne fuera, en la terraza de la madre de su hijo mientras Hyunjin jugaba en línea con uno de sus amiguitos. Él no solo estaba observándolo junto a Chanyeol sino que estaba cortando unas verduras junto a Nayeon quien, cantaba una canción, muy ajena a su forma obsesiva de mirar cada jodido detalle de SeokJin frente a un asador con los puños de su prenda superior hasta sus antebrazos y esos tatuajes que quizás eran ridículos y algunos carentes de sentido para Jungkook, pero a él se le veían tan bien.
Y su pelo semilargo, la forma en que lo tiraba hacia atrás porque el viento lo ponía en su rostro.
—Siempre es agradable ver cómo babean por el padre de mi hijo —decía Nayeon repentinamente.
Jungkook se asustaba por tenerla cara a cara con esos grandes ojos adorables y saltones mientras sonreía divertida ¿Cuándo había dejado de cantar? Dios, estaba literalmente perdido en SeokJin.
En ese instante, Chanyeol entraba y abría el refrigerador mientras gritaba:— Jin ¡¿Soju o cerveza?!
Y SeokJin finalmente giraba logrando que sus miradas se encontrarán, era ridículo como su corazón de agitaba porque notaba como el ceño fruncido del barman se suavizaba y sonreía dulcemente por una fracción de segundo al verlo, para luego contestar a Chanyeol.
—Cerveza —y luego, dibujaba una sonrisa sucia, relamiendo sus labios y mirando a Jungkook otro poco más.
Seductor y provocativo.
Jungkook resoplaba—. Presumido —decía, tocando su mejilla enrojecida.
—Estabas babeando, chico. Se dió cuenta casi sin verte —mencionaba Chanyeol divertido y saliendo nuevamente a la terraza para encontrarse a SeokJin.
—Yo no-... Estaba babeando —susurraba con un puchero.
Nayeon reía divertida.
—Él sabe el efecto que tiene en las personas, no intentes ocultarlo y luchar —decía la mujer.
—Oh, créeme. Dejé de luchar hace tiempo —resoplaba con una sonrisa mientras seguía viéndolo.
SeokJin y Chanyeol tenían buena relación, no entendía como la mujer a su lado podía seguir siendo amiga de un dios griego como lo era SeokJin y Jungkook odiaba llamar "dios griego" a simples mortales. Y no es que Chan estuviera mal, en absoluto. El tipo era alto y bien construido con carita divertida y ojos nobles, pero SeokJin era todo un huracán de tés blanca y labios carnosos. Ojos nobles también, pero muy peligrosos, con miradas lascivas y sugestivas que ponían a Jungkook duro en un nano segundo. Y él sería capaz de hacer lo que SeokJin dijera sin importar qué tan loco sonara, él obedecería cualquier orden que viniera de ese hombre, con esa voz grave y ronca que ponía cuando estaba excitado y esos ojos de lobo a punto de comerse a su presa.
Sí, Jungkook se encontraba con ganas de ser su presa esa noche luego del distanciamiento que habían tenido.
—Y estás babeando de nuevo, woah —exclamaba Nayeon—. Te cortaras un dedo, por favor dame eso —decía con dulzura.
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¿Y si digo que no? - Jinkook [Cmpt✔️]
RomanceJungkook está enamorado de la idea del matrimonio. SeokJin es un barman que entra en la perfecta definición de Playboy. Jungkook entra a un sitio de citas para encontrar el amor que lo llevará al altar, pero no sabe nada de los hombres y sus típicos...