SeokJin había dejado su auto estacionado justo enfrente del apartamento de Kook y el viaje había sido extraño.
O extrañamente bueno. Jungkook había dicho antes de que arrancará el auto que quería experimentar el sexo de reconciliación con SeokJin y eso lo volvía extrañamente cálido por dentro. No es que le gustará pelear para luego poder lamer a Jungkook en cada bendito rincón de su cuerpo. Pero esta sensación de anticipación y lo mucho que había querido hacer al pelinegro suyo, aún en la habitación de su hijo... Lo encontraba, tanto perturbador como increíble.
Jungkook caminaba delante de él mientras saludaba a algún que otro vecino mientras cruzaban el pasillo de su edificio para tomar el elevador. SeokJin sabía de antemano que Jungkook era un señor, no un maldito exhibicionista, por lo que tenía sus manos fuertemente metidas en los bolsillos de su pantalón para evitar tocarlo de más, porque sí, el primer toque, era imposible que fuera inocente y disimulado, así que prefería su sana distancia del muchacho.
—Te ves tenso... ¿O es idea mía? —cuestionaba el más joven, esos ojos grandes y negros, brillaban con diversión.
—Solo te estoy dando un poco de ventaja —mencionaba el Barman—. Y sí, estoy tenso hasta en lugares que no puedes ver... Por ahora —decía con tono peculiar y voz rasposa.
Las mejillas de Jungkook dejaban denotar que había dado en el blanco con su juego de palabras. El chico estaban tan deseoso como él. Para cuándo estaban frente a la puerta del apartamento de Jungkook, el chico intentaba poner la clave mientras SeokJin le respiraba sutilmente en la nuca. Su aroma masculino y con un deje de soju que habían estado bebiendo en lo de Nayeon, lo volvían loco.
Los dedos de Jungkook estaban temblando encima del aparato donde debía de poner su clave, Jin, el bastardo, daba una risa ronca detrás de él, muy cerca de su oreja, haciéndolo temblar con su respiración rozando su piel.
—Sé que encuentras esto muy divertido, pero no me causa gracia en absoluto —expresaba el pelinegro cuando finalmente lograba abrir la puerta.
Al meter toda su anatomía dentro, suspiraba y un grito agudo le abandonaba cuando SeokJin lo apretaba desde atrás, sus brazos tatuados redeaban su diminuta cintura, mientras sus labios comenzaban a besar su cuello. Inevitablemente, los ojos de Jungkook rodaban casi por detrás de su cabeza. Su cuerpo sintiendo el aguijón de placer justo por debajo de su vientre, entre medio de sus piernas, su polla ya estaba completamente erecta, desde el ascensor y de tener a Jin pegado a su espalda mientras intentaba abrir la puerta, su miembro ya estaba comenzando a apretar sus pantalones.
La gran mano fuerte del barman acariciaba desde su vientre hacia abajo, presionando sobre su adolorida polla y él gemía sin tapujos.
Jungkook no se recordaba tan caliente en otras ocasiones, bueno... Se recordaba así, con SeokJin desde que había admitido que le gustaba. Bueno, si era honesto consigo mismo mientras era manoseando por todos lados y besado en su cuello y rostro, mientras era llevado a su cama y unos largos dedos desabotonaban su pantalón... Él no tenía más que admitir que se volvía una maldita perra en celo por ese hombre.
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¿Y si digo que no? - Jinkook [Cmpt✔️]
RomanceJungkook está enamorado de la idea del matrimonio. SeokJin es un barman que entra en la perfecta definición de Playboy. Jungkook entra a un sitio de citas para encontrar el amor que lo llevará al altar, pero no sabe nada de los hombres y sus típicos...