• ¡¿Pero porque?! •

XIII

╬ Cuarentena ╬

— ¿Estás segura? —El tinte de preocupación en la voz del zorrito la hizo sentir un poco culpable, solo un poco—  Podemos hacer más pruebas para verificar que...

— ¿Cómo fue que pasó? —Enarcó una ceja en clara señal de duda aunque ninguno de sus compañeros pudiese verle— Apenas ayer estabas bien y no tenías ningún síntoma de nada.

— ¡Les dije que era un clon! —De fondo pudo apreciarse el sonido de cosas al caer directamente en el suelo— ¡Debieron dejarme destruirla cuando pude! ¡Ahora liberará su virus extraño que nos hará hablar con las rocas!

— ¿Las rocas hablan?

—Luego de que te infectes, lo harán.

— ¿De dónde sacas esas ideas, Sticks?

— ¿Quieren callarse chicos? —El líder trato de imponerse un poco, fracasando olímpicamente en su intento— ¿Ames, segura de esto?

—Ya se los dije chicos. —Tosió un poco— Es un resfriado bastante fuerte y no quiero contagiarlos, lo mejor será que me quedé en casa por un tiempo hasta estar segura de que esto no es algo más grave.

El team, no muy convencido de esto, decidieron dejar a la chica tranquila. Si de verdad se encontraba enferma, lo último que deseaban era hacerla enojar y que esta tomara represalias en su contra cuando se encontrara en mejor estado de salud.

Con una última despedida y deseos de que su salud mejorara pronto, los chicos terminaron con la llamada.

Amy se sintió ligeramente mal por hacer que sus amigos se preocuparan innecesariamente pero necesitaba una excusa creíble para ausentarse de las actividades de proteger la isla, y de sus muchas otras ocupaciones, por un tiempo no demasiado largo pero si el suficiente para poder hacer lo que tenía planeado.

¿Qué mejor para escapar de sus obligaciones que fingir una enfermedad que tuviese que tenerla en una cuarentena obligatoria?