• ¡¿Pero porque?! •

III

╬ Juegos de mesa ╬

— ¡Noche de pizza!

— ¡Noche de pijamada!

— ¡Decidimos venir sin preguntar antes!

Solo pudo sonreír con cierto cansancio ante la efusividad de sus amigos, no por que le desagradara que la visitaran sino que esa noche realmente no estaba de ánimos para hacer nada.

—Chicos, yo...

—Hazte a un lado Ames, estás cajas están pesadas y las pizzas se enfriaran si seguimos afuera.

El team entró sin permiso a la casa de la erizo que solo suspiró pesadamente antes de cerrar la puerta principal y encaminarse hacia la sala donde sus amigos ya estaban instalándose como si de su propia casa se tratase.

—Ire por unos vasos para el refresco. —El pequeño zorro no dijo más antes de irse hacia la cocina para buscar lo que se necesitaría en esa velada.

—Oi a unos chicos decir que pasarían una buena película de terror más tarde. —Sonic se dejó caer en el sofá mientras subía sus pies a la mesa cafetera— Es de zombies.

—Yo tengo hambre. —El equidna no tardó en tomar la primera caja de pizza para si mismo— ¡A comer!

— ¿Dónde está Sticks? —La dueña de la casa miro a sus amigos que estaban centrados en sus propios asuntos.

—Dijo algo sobre que tenía que vigilar la base de los hombres topo. —El cobalto continuo cambiando de canales sin prestar atención— Quizá venga más tarde.

—Bien.

La noche transcurrió con calma para Amy. Sus amigos se entretenían viendo la película mientras comían pizza y algunas de las golosinas que llevaron para la ocasión.

—Pff, ese zombie se ve bastante falso. —Señalo Tails sin soltar su rebanada de pizza— Se nota el maquillaje.

—¿Eso es maquillaje? Crei que realmente se le había derretido la cara.

—Si, es bastante mala. ¿Quieren ver otro canal o hacer algo mas interesante?

—Cualquier cosa es mejor que seguir viendo esa pésima película. —Knuckles vació su tercera caja de pizza— ¿Que juegos tienes, Amy?

—Eh... Bueno en realidad no tengo ninguno. —Desvió la mirada hacia la ventana— La biblioteca necesitaba algunos juegos de mesa para los niños y doné todos los que tenía.

Mientras sus amigos se quejaban de su mala suerte, la erizo seguía con la mirada perdida en el cielo nocturno.

Esa noche no podría hacer su ronda de vigilancia o sentarse a esperar en la silla de su pórtico por pasar tiempo con sus amigos, tiempo que de cierto modo les debía.

Pero los juegos de mesa eran algo que hacía exclusivamente con Shadow y únicamente con el.

—Aun me debes la revancha, tonto. No creas que se me a olvidado. —Murmuro muy quedito con una sonrisa en sus labios.