salome

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Para el momento del último baile ya no aguanto los pies, no se cómo es que hasta este momento me doy cuenta que me siento tan cansada.

Me distraen con conversaciones, pero me siento demasíado incomoda para este punto, me siento observada, repaso mi alrededor con la mirada pero no veo la razón de mi molestia

Incluso Perdí a quimera de vista, no lo veo en el mar de gente.

Los hermanos deciden ir a la subasta, hablan animados de los objetos que les interesan, pero mi humor se a ennegrecido, eligen los últimos lugares de las filas donde se va a realizar la apuesta, ellos se sienta uno a cada lado.

Pujan por diferentes objetos pero cuando la apuesta se pone muy alta abandonan, dándome la idea de que solo lo hacen para que la persona interesada gaste más dinero de lo previsto.

Subastan un cuadro de girasoles que no había visto, los cortes son bonitos, el girasol tiene una técnica de puntos interesantes, es un campo de girasoles con un sol muy brillante, me gusta mucho

-me encanta ese cuadro - digo en voz alta, sintiendo una tristeza muy grande al ver el cuadro, el sentimiento de recordar un lugar donde fuiste feliz pero no volverás me llega cada vez más mientras no apartó la vista de el.

Samuel decide pujar por el, otra persona sube la apuesta cada vez más, Emmanuel contra puntea, subiendo la apuesta, el hombre abandona cuando el cuadro llega a los treinta mil.

- a la una, a la dos, a las tres - espera que alguien intervenga - vendido al hombre con el número 111 - da por concluida la subasta de ese objeto, procede a iniciar otra

- enserio tanto por ese cuadro - cuestiono su buen juicio

- te gustó - dice simplemente - lo colocaré en la pared encima de la cama, se verá perfecto en la habitación

- eres terrible - cuestiono su buen juicio- ese cuadro no es para un cuarto, es más como para una sala, un lugar donde lo vean muchas personas

El solo sonríe, olvidó el tema buscando a Walker con la mirada, pero no lo diviso por ningún lado

- me voy - digo ya con el cansancio rayando en límites insoportables

- entonces nosotros nos vamos - dice samuel

- no, ustedes están disfrutando la subasta, yo llamo a un taxi y me voy - me levanto, pero Samuel me lo impide tomándome de la mano

-no importa lo que digas, vamos a irnos contigo - dice Emmanuel poniéndose de pie,

- mi hermano tiene razón, no podemos dejarte ir sola, sin ti este aburrido lugar no tiene gracia - aprieta mi mano y se pone de pie

No peleó con ellos, solo quiero irme.

Salimos del lugar, mientras avanzamos en dirección a la salida, mucha gente saluda y pide hablar con ellos, ellos sonríen amablemente pero les dicen que luego hablarán con ellos, al salir a la fría noche respiro mejor.

Soy una gran respiró sintiendo la noche, la veía nocturna golpear mi piel, el rocío que refresca me es como un bálsamo para mí cansancio.

Decido quitarme los tacones, al sentir el asfalto frío en mis pies suspiro de placer, ellos me ven sin juzgarme, Samuel recoge mis tacones y caminamos en silencio hasta donde estacionaron la camioneta

- qué hora es - pregunto cuánto estamos a unos dos metros de llegar a la camioneta

- son las cuatro de la mañana Salomé - responde Emmanuel viendo su reloj

- diablos, por eso me duelen tantos los pies - me quejo

- has aguantado toda la noche y ahora es que te duelen los pies - Samuel se ríe - tienes aguante lo reconozco

walker: Que El Infierno se Congelé [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora