walker: Que El Infierno se Congelé [Borrador]

SALOME

Despierto con el ruido del mar, veo a todos lados tratando de ubicarme.

Es una habitación bien iluminada por el sol, tiene un amplio balcón con puertas de vidrio corredizas que están abiertas, se puede divisar la playa, las cortinas boancan se ondean en el viento, la brisa del mar entra en la habitación.

— donde demonios estoy - digo siento verdadero terror, tratando de rememorar que paso.

Recuerdo la conversación con Walker y su amenaza antes de que todo se volviera negro.

— estás bajo mi cuidado - responde un voz de mujer, para luego aparcer por la puerta abierta - como estás salome - saluda medial, vestida con un vestido suelto blanco, que flota con gracia en si delgado cuerpo.

— que hago aquí - pregunto desorientada

— Walker te trajo para evitar que te acerques a muerte - responde mientras se acaricia una gran barriga, me quedo atónita al ver su gran vientre.

Con su caricia pego el vestido a su cuerpo, revelando la barriga abultada.

— estás muy embarazada - digo sorprendida

— verdad - sonríe complacida - nunca pensé que pudiera tener un bebé, es un sueño hecho realidad - mira con cariño su barriga - soy muy feliz

— porque no podías tenerlo

— porque es imposible para un demonios tener hijos, podemos dar vida de otra forma, si es que eso se puede llenar vida, pero esto - coloca ambas manos en su barriga - no es posible siendo un demonio puro

— tu entonces eres un demonio - digo asimilando la situación, me siento perdida a cada paso, pero es lógico si Walker es un demonio, y ella es si hija en términos relativos como es explico desde un principio, tenía que esperar que fuera un demonio.

— no es momento de hacerte la pérdida Salomé, acepta la realidad que tienes, todos somos algo y no estoy hablando de humanos, asimila la idea para que puedas pasar al otro nivel de información - dice con molestia - necesitas salir de esas etapas estúpidas de negación, incredulidad y negociación, pasa a la de aceptación de una maldita vez - me grita, luego luce apenada de su arrebato

Me quedo sin palabras ante su arrebato, suspira y sonríe

— lo siento, las hormonas me hacen un poco más de mal genio de lo normal - me sonríe - ven vamos a desayunar, te contaré todo lo que quieras saber mientras comemos, tengo que alimentar al nuevo asote del mundo - dice con dulzura

Me levanto de la cama con movimientos descordinados, me siento tan débil como un cervatillo recién nacido

— la forma de manifestarnos en lugares diferentes suele tener ese efecto en humanos - de medial viéndome - es como que pierdes parte de ti en el viaje y tardas en volver a estar como antes.

Me ayuda a estabilizarme, sin soltarme me ayuda a salir de la habitación, su agarre es fuerte para alguien de tan delicado aspecto, y más en su estado de gravites, nos dirigimos a las escaleras, son amplías y con una mullida alfombra blanca que me acaricia los pies descalzos en cada escalón.

— tienes una pequeña obsesión por el blanco - digo cuando llegamos a la parte baja

— es un color espectacular - sonríe - demuestra pureza

Me guía hasta la cocina, que en su mayoría toda esta decorada en Blanco, exceptuando por detalles marrones aquí y haya.

El desayuno es fruta, fruta en grandes cantidades, incluso frutas tan exóticas que nunca había visto

— entonces, como te seguía contando gracias a ti esto es posible - señala su barriga - así que gracias

— de que hablas - digo sin entender mientras me llevo un pedazo de patilla a la boca