SALOME

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Llegó justo a tiempo para preparar mis cosas antes de irme a trabajar, el día pinta bien, estoy descansada y con energía renovada, quien dijo que dormida abrazada al arcángel de la muerte podría ser tan cómodo

Y así pasa una semana sin novedades, rezando en silencio cada uno de los días que paso para que ningún ser alado, demoníaco o lo que sea apareciera.

ya es viernes cuando me soy cuenta,  sonrió con satisfacción, faltan solo 25 minutos para terminar mi turno, hoy cubrí dos turnos continuos, me siento como un zombie pero valió la pena, las propinas estuvieron generosas.

Limpio la barra silbando una canción carente de ritmo que suena en mi mente, cuando noto a un hombre sentarse en la barra con mi visión periférica.

— que desea - pregunto sin volverme, disimulando en mi tono el cansancio que tengo.

— para empezar el mejor ron que tengas - dice una voz que me hace estremecer, me giro lentamente y me encuentró con los ojos verdes de la perdición - como estás salome - una sonrisa lenta se forma en sus seductores labios - parece que viste a un fantasma

Cuando logró salir de mi sorpresa detallo a la razón de mis sueños y pesadillas, el pelo está peinado hacia atrás, dejando solo unos mechones rebeldes sueltos, una simple camisa negra de mangas cortas que deja a la vista sus tatuajes.

— no, un fantasma no - respondo, comenzando a servirle el trago de ron - lo correcto sería al diablo - digo con molestia

— seco, por favor - ignora lo que le digo- no me gusta el ron con hielo - sonríe de forma seductora

Le sirvo de nuevo el trago, dejando el que le había servido desde un inicio, se lo pasó y el aprisiona mi mano, puedo percibir su colonia, algo fuerte como pino y menta, acampañan su presencia

Para agarrar fuerzas me bebo del golpe el que le servi primero, necesito valor para enfrentarme a Walker, el licor frío se siente bien para llenarme de valor.

— me fuiste difícil de encontrar - dice sin soltar mi mano- este pueblo fue lo último que se me ocurrió para buscarte.

— la idea era que no vinieran tras de mí - el me suelta, desviando la mirada al trago - como me encontraste para empezar

— te encontré gracias a tu expediente de la universidad, mucha información - sonríe con malicia - no se de quién más estés escapando - mueve el ron en circulos- pero puedo hablar por mí, cuando digo que no te dejare escapar así como así - me da todo el peso de su mirada - tenemos muchas cosas que hablar

— omitiendo la parte donde te has vuelto un avisar sin remedio, que hasta revisaste mi expediente de la universidad - le lanzo dagas con la mirada- que vamos hablar Walker, o debo llamarte diablo - digo de forma sardónica -  o debo llamarte lucifer -le acuso, dejando con ira el trapo en la barra

El aprieta la mandíbula ante mis palabras, no diciendo nada y solo contemplando me en silencio

— a eso viniste, a solo verme - le reclamo - porque déjame decirte que omitiste decir que eres el diablo, sin contar que todas las mierdas angelicales me rodean - le recriminó - que incluso ni si quiera quienes pensé que eran mis amigas eran ellas, si o hombres que solo se transformaron en ellas para estar cerca de mi - le señalo con el dedo- o del gato que me regalaste que resulta ser es un cambiaformas que se ligo a mi y ahora tengo un tatuaje gracias a eso - le miro con indignación - que mierda exactamente

— vamos a hablar afuera - mira inquito a la ventanilla donde se puede ver el merzon cocinando las carnes de hamburguesas - necesito estar solo contigo

— no quiero hablar en ningún lugar solo contigo - le digo molesta, sabiendo que una vez que salga de este lugar seré su presa

— por mucho que me encante cuando te pones en modo gruñona, está no es una conversación que quiera sostener rodeado de humanos - se termina el trago de un sorbo, se lame los labios - si quieres gritarme, pegarme o preguntarme, será estando a solas

walker: Que El Infierno se Congelé [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora